La autonomía diferenciada como enfoque homeopático de las desigualdades: para combatirlas las acentúa

por Claudio María Maffei

21 JUNIO

Querido director,
No entraré en los méritos de la validez de la homeopatía sobre la cual no tengo conocimientos suficientes. Lo que más me interesa es la filosofía que (entre otros, según el Instituto Mario Negri) es la base de la homeopatía y es la llamada ley de los semejantes, que remite al antiguo concepto de Paracelso según el cual “similia similibus curantur” o “me gusta tratar los me gusta con los me gusta”. Si se piensa bien, el mismo concepto inspira la ley de autonomía diferenciada que empujaría a las Regiones del Sur hacia una mayor eficiencia, permitiéndoles recuperar la brecha en los niveles de calidad de los servicios que las separa de las Regiones del Norte, acentuándola.

De hecho, se lee en el sitio web de Fratelli d’Italia: “Ahora, con la autonomía, las Regiones podrán disponer de servicios más eficientes: escuelas, hospitales, apoyo a las familias y a las personas mayores, y los niveles esenciales de prestaciones y servicios serán garantizarse en todas las Regiones para que nadie se quede atrás”. El paso lógico que debe vincular el proceso de autonomía diferenciada a este realineamiento entre Sur y Norte consiste en una serie de pasos imposibles de alcanzar en un tiempo razonable que parte de la definición de los Niveles Esenciales de Desempeño, de la cuantificación de los recursos necesarios para garantizarlos y de una fuerte inversión inicial y preliminar en el Sur capaz de crear al menos las condiciones para colmar ese vacío, que no es sólo un vacío de recursos, sino también un vacío de capacidades, de experiencia y de organización.

Dado que, como lo demuestra ampliamente la asistencia sanitaria, los recursos para esta inversión inicial no están ahí y la presión política dentro de la mayoría para que la autonomía diferenciada comience “de todos modos”, el riesgo de una mayor acentuación de las desigualdades entre el Norte y el Sur es muy fuerte. Además, no es casualidad que las protestas más fuertes y conscientes provengan del mundo de la salud, como lo demuestran las intervenciones críticas inmediatas publicadas aquí en Qs por Anaao, GIMBE, Smi y Fnomceo. Sólo el ministro Schillaci insiste en el impulso hacia la eficiencia que se derivaría de una autonomía diferenciada, como lo demuestran sus palabras citadas aquí en el apartado de preguntas: “La autonomía diferenciada ya existe en el sector sanitario. Las Regiones tienen una gran autonomía, poco cambiará en este sector. Pero puede ser un estímulo para mejorar para aquellos que, quizás, no han tenido un desempeño particularmente bueno en los últimos años”. Esto es lo que sucede cuando se nombra Ministro de Salud a un médico y profesor universitario, me gustaría comentar.

Si, como dice el Instituto de Homeopatía Mario Negri, se evita la autonomía diferenciada si se sabe, el problema sigue siendo cómo combatir las fuertes desigualdades que preexisten al proyecto de ley que la promueve y que hacen que sus partidarios digan que tanto No hay nada peor que esto y, por lo tanto, también podríamos intentar cambiar algo. Qué innovadores son estos conservadores.

En el ámbito sanitario, sabemos bien que las desigualdades entre el Norte y el Sur se mantienen y se refuerzan, como lo demuestran los datos del ISTAT y el informe Crea presentados ayer en Qs.

Por este motivo, desde el mundo de la salud deberían surgir propuestas creíbles sobre cómo abordar las desigualdades con propuestas alternativas a la autonomía diferenciada, propuestas que sin embargo faltan actualmente. Incluso en los documentos más estructurados sobre las desigualdades entre los sistemas sanitarios regionales, como los de Svimez de GIMBE, hay muchos datos y cálculos útiles que cuantifican su peso, pero faltan indicaciones sobre cómo reducirlos. Sin duda, una mayor financiación de la asistencia sanitaria y criterios más justos para la asignación del Fondo de Salud pueden ayudar, pero está claro que son sólo una pequeña parte de la solución. Basta pensar en el déficit estructural de la oferta hospitalaria de las regiones del Sur, que explica los impresionantes flujos de movilidad sanitaria hacia el Norte. Implicarse significa simultáneamente reducir la oferta hospitalaria, especialmente privada, en las regiones del norte y reforzar y cualificar la de las regiones del sur. Un proyecto a largo plazo en el que nadie, me parece, está trabajando.

Dos mensajes para llevarse a casa: la mejor manera de luchar y evitar la autonomía diferenciada es demostrar que hay alternativas creíbles y la asistencia sanitaria puede ser el ámbito más adecuado para trabajar en esta manifestación.

Claudio María Maffei
Coordinador de la Mesa de Salud del Pd Marche

21 de junio de 2024
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