Solo nanni moretti podría hacer de la Montée des Marches del Festival de Cine de Cannes el marco de una película de Nanni Moretti. No le tomó muchos efectos especiales para hacerlo, solo una canción – Quiero verte bailar De Franco Battiato – de fondo y la complicidad de su elenco y productores. Durante el estreno de El sol del futurode hecho, Moretti ha decidido dar el pistoletazo de salida a un pequeño acto dentro de un acto que inmediatamente llamó la atención del público y de los fotógrafos presentes en las gradas: la recreación de aquella escena de la película en la que todos los trabajadores levantan los brazos y giran sobre sí mismos mientras Battiato canta.
Margherita Buy, Federica Pontremoli, Nanni Moretti y Barbora Bobulova en Cannes
Todos respondieron al aporte de Nanni Moretti -naturalmente organizado-: los intérpretes, de Margherita Buy a Valentina Romani, desde Barbora Bobulova hasta Mathieu Amalric, pasando por el productor Domenico Procacci y la guionista Francesca Marciano. Es un momento simple, limpio y lineal, pero que, creado por Nanni Moretti, adquiere un nuevo significado, capaz de ejercer un encanto propio. En parte porque ciertos destellos nunca se dan por sentados en un evento importante como Cannes, y en parte porque Moretti siempre ha tenido un fetiche por los musicales. Como cuando, en Abriltenía en mente hacer una película musical protagonizada por un pastelero trotskista.
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Sun Hee You, Valentina Romani, Elena Lietti, Nanni Moretti, Giuseppe Scoditti, Arianna Pozzoli, Blu Yoshimi en el estreno de El sol del futuro
Si Francia siempre ha amado a Nanni Moretti – el último italiano, recordemos, que ganó la Palma de Oro en 2001 por cuarto de hijo – la razón es obvia: esa pizca de locura controlada, nunca demasiado exuberante y nunca demasiado apagada, que falta en ciertos cines y ciertas camarillas. La misma locura que llevó a Nanni a grabar en Instagram, en 2021, un pequeño video en el que él y el elenco se preparaban para aterrizar en Cannes con Tres pisos cantando Dinero de Mahmood y el mismo que, al final de la proyección de Il sol dell’avvenire, le hizo quitar del sillón la etiqueta con su nombre para pegarla en su pecho a modo de pancarta.
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