En el terreno de las “bonificaciones”, también pensamos en una bonificación para los electrodomésticos ecológicos, inspirada en el modelo de bonificación para la sustitución de televisores. El proyecto de ley, presentado el año pasado por la Liga, está siendo examinado ahora por la comisión de actividades productivas de la Cámara de Diputados. El beneficio, tal como fue concebido, Consistiría en una aportación del 30 por ciento, hasta un importe máximo de 200 euros., para la compra de electrodomésticos dotados de la nueva etiqueta energética. La propuesta también prevé que la bonificación se reducirá en 100 euros para quienes tengan unos ingresos determinados por el ISEE iguales o superiores a 25.000 euros.
Para poder acceder a la aportación es necesario, a la hora de adquirir un electrodoméstico nuevo, desechar un electrodoméstico similar con menor eficiencia energética.
Para el nuevo producto se deberán respetar las clases energéticas diferenciadas en función del producto:
- clase A o superior para lavadoras y lavadoras-secadoras;
- clase C o superior para lavavajillas;
- clase D o superior para refrigeradores y congeladores.
Según los firmantes de la propuesta este “pretende conseguir una disminución del consumo energético doméstico, pero además apoyaría a un sector con una fuerte identidad dentro de la producción nacional, ya que Italia ocupa una posición de liderazgo a nivel internacional en la producción de electrodomésticos“
Sin embargo, hay un problema, y es la cobertura económica: la propuesta de ley prevé que el Ministerio de Medio Ambiente y Seguridad Energética asigne 400 millones de euros para cada año del período de tres años de validez de la bonificación, que Originalmente se diseñó para el trienio 2023-2025, pero podría pasar al trienio 2024-2026. Si se encuentra una solución, el bono podría convertirse en realidad dentro de un año.
