Al igual que el Superbonus, Europa quiere arruinarnos

Empecemos por los costes. Energy&Strategy de la Escuela de Administración del Politécnico de Milán es el más optimista. Para cumplir con la directiva sobre casas verdes de la UE, mejorado gracias a la presión de Italia pero votado en contra de la opinión italiana, sería suficiente, por así decirlo, 180 mil millonesque es lo que se ha gastado hasta ahora en las primas de construcción que han sacudido las finanzas públicas, con el Súper bono lo que nos permitió intervenir sólo en el 3,5% de nuestras propiedades.

Según el informe “Valor de vivir” elaborado por Cresme y Symbola y promovido por Assimpredil Ance de Milán junto con la Fundación Europea para el Clima, serán Se necesitan entre 260 y 320 mil millones de euros. para hacerlo verde 3,2 millones de viviendas. Pero Istat ha calculado que el 43% de las propiedades menos eficientes deberán ser reurbanizadas desde el punto de vista energético. Y dado que hay aproximadamente 12 millones de edificios residenciales, será prioritario intervenir en los aproximadamente 5 millones de edificios con peores resultados, cada uno de los cuales está formado por una o más unidades inmobiliarias. Más preciso y dramático parece ser el estudio realizado por Deloitte, según el cual más del 83% de los edificios residenciales italianos fueron construidos antes de 1990 y más de la mitad (57%) son anteriores a los años 1970. Las propiedades de las clases energéticas F y G (las peores desde el punto de vista medioambiental) suponen el 63% del parque inmobiliario residencial total, mientras que en Alemania alcanzan el 45%, en España el 25% y en Francia el 21%.

Lea también: Superbonus, informe del Banco de Italia: los beneficios sobre el PIB son inferiores a los costes, las cifras impactantes

Resultado: según los expertos de Deloitte, para que nuestras casas cumplan con el código, necesitaríamos entre los 800 y 1.000 billones (¡mil!). Por eso, sugiere el gigante de la consultoría, se necesita una solución sistémica capaz de abordar las cuestiones financieras y económicas críticas que la “Directiva sobre eficiencia energética de los edificios” podría afectar a los ciudadanos y al sistema bancario en ausencia de una estrategia coordinada.

¿Existe hoy esta solución sistémica? Aparentemente no. También porque, como se desprende de los distintos estudios citados, nadie sabe exactamente cuánto dinero tendrá que desembolsar cada propietario, que oscila entre 20.000 y 60.000 euros por apartamento. Cifras prohibitivas para los ciudadanos, pero muy tentadoras para las empresas. Seamos claros, nadie como nosotros en Libero está atento a las necesidades del tejido productivo y a las peticiones de las empresas, que crean riqueza, empleo y hacen crecer el PIB.
Pero el cálculo costo-beneficio no puede ocultarse bajo la alfombra, especialmente cuando los costos son públicos y los beneficios privados. Como en el caso de la directiva de la UE, que exige claramente que se transponga y respete la intervención de la fiscalidad general. Por eso nos resulta difícil compartir y sustentar los análisis llegados ayer por el presidente de la ANCE, Federica Brancacciohabitualmente pragmático y realista, que por un lado defendió el Superbonus y por otro se alegró de la llegada de la directiva de la UE sobre viviendas ecológicas, consideró “una oportunidad que debemos saber aprovechar sin miedo”.

Para el fabricante número uno, “el mayor sospechoso de desperdicio público en los últimos años fue el Superbonus del 110%”, pero sólo se destacaron los aspectos negativos de una medida que en el bienio 2021-2022 permitió a Italia crecer a tasas superiores a los de China (+12,3% PIB frente a su +11,3%)”. Una reflexión que llega pocas horas después de la publicación de un informe del Banco de Italia (y el Istat y la Upb ya han intervenido sobre el tema) según el cual el impacto económico de dos créditos fiscales, el Bono Fachada y el Superbonus del 110%, es ascendió a «170 mil millones en el período 2021-23 (alrededor del 3% del PIB en promedio para el año)» pero «los beneficios para toda la economía en términos de valor agregado fueron menores que los costos incurridos por los beneficios» y la medida «no se amortiza» sino que «crea más deuda pública para las nuevas generaciones».

Lea también: Meloni: “¿Salud? Tiraron 17 mil millones por la ventana por el Superbonus”

¿Queremos hacer un bis? Así parece. Perla Brancaccio, preocupada por los 7 mil millones de euros de obras paralizadas y los 40 mil millones de deuda adicional por año que recaerán sobre todos los contribuyentes, es necesario avanzar rápidamente en la reurbanización ambiental de las propiedades. Eso sí, admite, «se necesitan recursos: Europa y el Estado deben poner de su parte para sostener los gastos de las familias y sobre todo de aquellas que no tienen medios para cubrirlos. Al mismo tiempo, los bancos y operadores tendrán que imaginar instrumentos financieros innovadores. Los beneficios serán enormes para todos en términos de sostenibilidad social, ambiental y económica. Una casa menos contaminante podría ahorrar hasta la mitad de la factura.” Elegante. Queda por ver cuántas facturas reducidas a la mitad serán necesarias para reembolsar la inversión de 60.000 euros necesaria para hacer popular el apartamento en Bruselas.

PREV Responsabilidad civil del automóvil, caja negra transferible de una empresa a otra contra los costos del seguro – QuiFinanza
NEXT El Ministerio de Empresa te envía un bono de 1.200€ si instalas este dispositivo ecológico en tu casa | Fechas y formulario de solicitud