Un trabajador tendrá que trabajar mil años para ganar tanto como el jefe de Stellantis

Un trabajador tendrá que trabajar mil años para ganar tanto como el jefe de Stellantis
Descriptive text here

Quizás ni siquiera en la época de los faraones de Egipto y probablemente ni siquiera en la época anterior a la Revolución Francesa, la brecha entre la cima y la base de la pirámide social era tan amplia como lo es hoy. El cuarto fabricante de automóviles del mundo, Stellantis, celebró este martes su asamblea general anual, que valoró positivamente el salario de su director general, Carlos Tavares, para el año 2023, por una cifra de alrededor de 36,5 millones de euros. Un salario asombroso que un trabajador de la misma empresa, de la que la familia Agnelli es accionista relativamente mayoritaria, reuniría en más de mil años de trabajo. Una colosal subida salarial que llega pocos días después de la noticia de que la misma empresa ha reducido la producción de automóviles en Italia y ha dejado a 3.793 trabajadores en casa desde 2021 hasta hoy.

Una desproporción que podríamos definir como “bíblica”, además de completamente injustificada, aunque el pensamiento único neoliberal quiera hacerla pasar por correcta, lógica y racional. Si así fuera, no sería posible explicar los fracasos de todas esas empresas gestionadas por personas sobrepagadas que abandonan la escena con vales de salida estratosféricos después de haber causado enormes problemas desde el punto de vista económico y social. Asimismo, no sería posible explicar la existencia de entidades gestionadas de forma diferente, que consigan excelentes resultados siguiendo métodos igualitarios, solidarios y colaborativos.

Ayer los accionistas del fabricante de automóviles stellantis – matriz de Fiat, Peugeot, Dodge y Jeep – aprobó con el 70,2% de los votos la remuneración del consejero delegado del grupo, Carlos Tavares, para el año 2023que alcanzará la cifra de 36,5 millones de euros. Ha habido muchas críticas dirigidas a tal decisión. Entre otras cosas, la cuestión de los colosales salarios de los altos directivos no concierne sólo a Stellantis, sino que tiene un carácter general en lo que respecta a las multinacionales, las grandes empresas y los conglomerados. Aunque la votación sea sólo definitiva, Charles Pinel, director general de la francesa Proxinvest, empresa de análisis y consultoría financiera especializada en ayudar a los accionistas en la votación, afirmó: «Es importante que estos salarios se mantengan en un nivel socialmente aceptable. Los accionistas tienen responsabilidades y, al validar niveles de remuneración muy elevados, se les puede acusar de haber participado en la ruptura de la cohesión social.” Tampoco faltaron las críticas de otra importante consultora de accionistas, ISS, que había recomendado que los accionistas de Stellantis votaran en contra de la compensación de Tavares.

La brecha salarial es asombrosa. «En una empresa donde el leitmotiv es la frugalidad, donde las negociaciones salariales son siempre extremadamente difíciles, donde hay que luchar para conseguir un aumento adicional de diez euros al mes para los trabajadores, es difícil ver tal nivel salarial», afirmó Benoit Vernier, delegado del sindicato central de Stellantis Auto en Francia. Quienes apoyan la legitimidad de la compensación estratosférica recuerdan que Stellantis terminó el año pasado con una beneficio récord de 18 mil millones de euros. En una lógica, no respaldada por los hechos, que vincula los resultados de una empresa exclusivamente a sus directivos y no a sus trabajadores, que no se benefician de esos beneficios, siendo el margen de beneficio inflado precisamente por la prisa por mantener bajos los salarios, reubicar la producción en países con menores costos laborales y reducir al mínimo el número de trabajadores empleados mediante la automatización y el uso de horas extras.

Y por otro lado, así como no faltan casos de empresas gestionadas por altos directivos sobrepagados que fracasan, también hay empresas que prosperan y triunfan sin plegarse a dogmas neoliberales que provocan diferencias salariales con sabor feudal. De hecho, recordemos la historia de Mondragónuna empresa entre las siete primeras de España y la primera del País Vasco, con delegaciones y asociados repartidos por todo el mundo, abarcando cuatro sectores: finanzas, industria, comercio minorista, investigación y educación. Aquí, la relación promedio entre el salario de un trabajador administrativo y el de un trabajador de una fábrica es de 5:1.. Mondragón es una empresa colectiva formada por 95 cooperativas autónomas con un total de alrededor de 80.000 personas, así como 14 centros de investigación y desarrollo. El éxito de Mondragón dependió de la fuerza del colectivo, del empoderamiento, de la solidaridad y de que el trabajo y los ingresos no sean vistos como un fin último sino como un medio para elevar al ser humano. Las decisiones dentro de las cooperativas se adoptan según los principios de la democracia directa, sin la intermediación de los sindicatos, por lo que todos los trabajadores están llamados a participar en el proceso de toma de decisiones. En definitiva, una empresa de éxito unida por un concepto humanista de negocio. Una historia que demuestra cómo detrás de la aparentemente interminable centralización de la riqueza y el poder que se produce en la mayoría de contextos laborales hay una ideología que sitúa en el centro los intereses de la clase dominante y no una lógica racional.

[di Michele Manfrin]

Tags:

PREV Mercados bursátiles débiles, Stellantis a la baja en Milán. Inflación estable en la UE y PIB superior a las expectativas
NEXT Qué cambia de los reembolsos “directos” a los gastos sanitarios, la guía