El fútbol de los últimos: cuando una película copia la realidad (bueno).

El fútbol de los últimos: cuando una película copia la realidad (bueno).
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Los futbolistas no son realmente futbolistas, tal vez lo fueron o tal vez simplemente lo soñaron en algún día feliz de su existencia; En todo caso Son los últimos, los que no tienen hogar ni familia., sin dinero y sin esperanza, con un destino que recomponer después de los tropiezos de la vida. El Mundial no es exactamente ese Mundial, así que olvídate de lentejuelas y lentejuelas, pero es algo que se le parece, un torneo hecho a medida llamado Copa del mundo para personas sin hogar. El protagonista, o mejor dicho el protagonista, es un personaje descatalogado, que en teoría acierta poco o nada con el balón pero que en la práctica es el corazón de la historia. En realidad se llama Protasia. Hermana Protasiay ella es la gerente (determinada, dura, definitiva) del destartalado equipo de sudafricanos sin hogar que, después de todo, no resultan ser tan destartalados.

La compañía de gira que lleva al escenario el espectáculo futbolístico está formada por muchos personajes que ya no buscan al autor, porque lo perdieron en su vida despreocupada, la anterior. Entre los muchos, el ex drogadicto, el tímido, el soñador, también está valeria golino – Destaca Vinny, interpretado por el actor Michael Ward, ya apreciado en la tensísima serie. chico superior. Tiene la silueta y la pose de un futbolista, pero no lo es. En su parábola existencial podemos leer en filigrana el significado de una película que encuentra en la localización italiana -está ambientada en Roma- un verdadero lugar del alma. El hermoso juegorodada por la directora Thea Sharrock, es una comedia en perfecto estilo británico que mezcla ligereza y reflexión, a medio camino entre un cuento de hadas y una película de Ken Loach, como es la vida misma, al fin y al cabo.

Estos son los ingredientes de la película transmitida por Netflix. Las contraseñas para entrar en la atmósfera de la película se dan fácilmente: un cierto sentimiento de empatía, solidaridad, redención que calienta el corazón de quienes juegan y de quienes los ven jugar.. Todo funciona como debe, a lo largo de una trama llena de vericuetos que consigue regatear la retórica, descartando con un amago otra narrativa, una trama especialmente lograda donde el drama de la vida cotidiana de los protagonistas encuentra consuelo en la ocasión. que la vida les presenta.

Por cierto, cabe recordar que el verdadero Mundial de los Sin Techo existe desde 2001 y cada año participan decenas y decenas de equipos. Al final de nuestra película – no spoileemos nada – realmente resulta que El fútbol es el juego más bonito del mundo, sin duda el más democrático., el que -pese a que todos estemos un poco deslumbrados por el reflejo plástico del Fútbol 2.0 que se retransmite cada día en nuestras pantallas- conserva no sólo la gratuidad de compartir, sino también el secreto más íntimo del juego. Que seguirán siendo -sí- hijos infinitos.

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