Gangmastering en el campo de Abruzzo, después del caso de Satnam Singh se desencadenan las primeras denuncias se desencadenan las primeras denuncias

Gangmastering en el campo de Abruzzo, después del caso de Satnam Singh se desencadenan las primeras denuncias se desencadenan las primeras denuncias
Gangmastering en el campo de Abruzzo, después del caso de Satnam Singh se desencadenan las primeras denuncias se desencadenan las primeras denuncias

EL ÁGUILA Satnam Singh, el trabajador indio que murió en el campo de Agro Pontino, formaba parte de un ejército de invisibles: extranjeros, pobres, marginados, sin contrato ni permiso de residencia. Trabajan en el campo hasta 14 horas al día por 5 euros la hora, de forma ilegal y sin protección. Las estadísticas los sitúan dentro del llamado trabajo “no declarado”. Sombras, fantasmas: invisibles, precisamente. En Abruzzo hay miles de trabajadores irregulares, muchos de los cuales son víctimas de la manipulación de bandas. La fotografía fue tomada por la Inspección Nacional del Trabajo que proporciona datos sobre los trabajadores agrícolas inspeccionados en 2023. Un fenómeno, nuevamente en el punto de mira tras la muerte de Satnam en la llanura pontina, que avanza inexorablemente. También porque, según algunos sindicatos, la inacción sigue dominando entre las instituciones: en febrero pasado, por ejemplo, la región de Abruzzo intentó luchar contra la explotación agrícola firmando un acuerdo con 31 sujetos institucionales (organismos, asociaciones profesionales y sindicatos) para la creación de una “Mesa regional de lucha contra la explotación laboral”. “Sin embargo, el proceso ha encallado y el protocolo aún no está operativo”, informa Nadia Rossi, secretaria regional del Flai CGIL.

OBJETIVO

El objetivo era definir una nueva estrategia para luchar contra la mafia con la adopción del “Plan trienal de lucha contra la explotación laboral en la agricultura” autorizado por el Ministerio de Trabajo: es decir, más controles sobre las empresas y los trabajadores, mayor protección y asistencia a las victimas. La propia Región subraya en el documento que en Abruzos «hay que constatar una aplicación progresiva y significativa del fenómeno de la explotación laboral». «El protocolo se ha ampliado para el caso específico de la provincia de L’Aquila – destaca Rossi – pero en las demás provincias estamos considerablemente retrasados. El plan aún está a la espera de ser implementado”. «Para que el acuerdo sea efectivo – añade el sindicalista – es necesario construir una mesa más activa y presentar solicitudes al INPS, así como coordinar acciones de inspección in situ de acuerdo con los actores institucionales».

La cuestión central siguen siendo los pocos controles: según el INL, el año pasado en Abruzzo sólo se inspeccionaron 121 empresas agrícolas, de las cuales 58 fueron consideradas irregulares. Se trata de 22 empresas de la provincia de L’Aquila, 25 de la de Pescara, 18 de Teramano y 9 de Chietino. En particular, en la zona de L’Aquila se realizaron 32 controles: por lo tanto, el 58% de las empresas inspeccionadas no cumplían las normas. El problema es la falta de inspectores laborales: las brechas en la dotación de personal existen desde hace años y los recortes financieros a lo largo de los años han comprometido la cantidad y calidad de las inspecciones. Además, la explotación agrícola se desarrolla de forma discreta, lo que impide a los organismos de control conocer sus dimensiones reales.
También es necesario aclarar el número de trabajadores agrícolas presentes en Abruzzo: «En las listas del INPS hay aproximadamente 17 mil trabajadores frente a más de 40 mil empresas agrícolas. Pero los datos – subraya Rossi – no reflejan la situación actual”. La “culpa” de no reconocer el estado de catástrofe natural de las empresas de Fucino: “De lo contrario, los trabajadores se habrían beneficiado de un desempleo agrícola equivalente al número de días trabajados el año anterior”. Por lo tanto, en 2023 los trabajadores marsicanos no han recibido ningún ingreso del año anterior y, por lo tanto, no están inscritos en las listas. “Por lo tanto, el número de trabajadores – reitera el sindicalista – es muy superior al indicado”.

FENÓMENO

El fenómeno de la explotación en la agricultura afecta, como ya hemos dicho, sobre todo a los trabajadores extranjeros. Los cabos los contratan aprovechándose de los decretos de flujo y luego los despiden ficticiamente una vez transcurrido el plazo para beneficiarse de las prestaciones por desempleo. Una parte del “salario”, por tanto, será pagada por el Estado; el otro (si no menos) pertenecerá al propietario. Y ahí es cuando los trabajadores se vuelven invisibles y continúan trabajando en el campo con salarios de miseria. En otros casos, sin embargo, a los trabajadores se les paga a destajo en función de la cantidad de cosecha diaria. De 2015 a 2023, la Inspección del Trabajo registró un crecimiento del 13% de trabajadores irregulares en la agricultura. Las irregularidades relacionadas con el incumplimiento del horario de trabajo pasaron de 186 a 992 (+395%), mientras que la falta de aplicación de las normas de seguridad y salud afectó a 2.214 casos en 2023, frente a 592 en 2015 (+274%).

Luca Pulsoni

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

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