Una aventura que duró seis días, recorriendo el legendario viaje de Ulises para regresar a su isla, Ítaca, después de haber afrontado una larga serie de vicisitudes y finalmente volver a abrazar a su esposa Penélope y a su hijo Telémaco.
Educadores y animadores de la parroquia María Santísima Inmaculada y del oratorio San Gaspare Bertoni Anspi han elegido la Odisea como tema del campamento escolar ofrecido a niños y jóvenes de las escuelas primarias y secundarias. Inmersos en el verdor de la Casa Santi Sposi y guiados por el padre Fulvio Procino, los niños fueron protagonistas y partícipes cada día de las aventuras que afrontó Ulises: del cíclope Polifemo a la hechicera Circe, de los monstruos Escila y Caribdis a la ninfa Calipso. Pero nada detuvo a los aqueos, quienes después de muchos años de vagar y luchar con los dioses, lograron regresar a Ítaca y ahuyentar a los pretendientes. Revivir esta historia mitológica fue solo un pretexto para que los niños pudieran compartir unas jornadas comunitarias, llenas de significado.
Aprender a ser lo más autónomo posible, asumir responsabilidades, trabajar en equipo para conseguir un objetivo común. Estos son solo algunos de los objetivos que se han marcado educadores y animadores estructurando cada minuto del día con vídeos, talleres y geniales juegos. Pero sin olvidar los momentos de oración y discusión que, para una asociación como Anspi, son puntos fundamentales para estar juntos y divertirse.
La alegría de niños y adolescentes se notaba en sus ojos, mientras resolvían las pistas de la búsqueda del tesoro o simplemente corrían por las avenidas de la finca en su tiempo libre. Y, como en cualquier campamento de verano que se precie, no faltaron globos de agua sorpresa. Todo el mundo lo espera pero nadie sabe cuándo sucederá.
«Los campamentos escolares siempre resultan ser campos de entrenamiento para la vida – subraya el padre Fulvio Procino– no sólo para los niños sino también para los educadores y animadores, porque estas experiencias nunca son improvisadas y requieren meses de preparación de catequesis, talleres y los propios juegos que siguen fielmente la trama propuesta. Nuestros nuevos animadores vivieron una buena experiencia y en el momento final de la verificación, expresando su alegría y satisfacción por el trabajo realizado, resaltaron que nunca hubieran imaginado lo que subyace a la preparación del campamento escolar”.
«Un gran agradecimiento a quienes pusieron su vida, su tiempo y su energía en ello – continúa el párroco de Palombaio – desde quienes trabajan con niños hasta quienes preparan la comida. La esperanza es que cada vez más jóvenes se entusiasmen con el servicio a los más pequeños y quieran comprometerse con su formación como animadores y educadores. En este sentido, me gustaría subrayar que el próximo mes de octubre comenzará una ‘escuela’ para animadores, que será una oportunidad para un nuevo impulso dentro de nuestra comunidad y una oportunidad para experiencias de vida renovadas”.
lunes 1 julio 2024
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