De Camaldoli a Trieste. Católicos y democracia: para continuar el camino

El tema elegido para la 50ª Semana Social que se celebrará en Trieste del 3 al 7 de julio es “En el corazón de la democracia. Participar entre la historia y el futuro” – ofrece la oportunidad de revisar el camino de los católicos italianos en el Estado unitario. Entre las herramientas que pueden facilitar el estudio en profundidad del tema, se encuentra el volumen publicado por Vita e Pensiero, “De Camaldoli a Trieste. Católicos y democracia: continuar el camino” por Ernesto Preziosi

(Foto Siciliani/Gennari-SIR)

El tema elegido para la 50ª Semana Social que se celebrará en Trieste del 3 al 7 de julio es “En el corazón de la democracia. Participar entre la historia y el futuro” – ofrece la oportunidad de revisar el camino de los católicos italianos en el Estado unitario. Entre las herramientas que pueden facilitar el estudio en profundidad del tema, se encuentra el volumen publicado por Vita e Pensiero, “De Camaldoli a Trieste. Católicos y democracia: continuar el camino” De Ernesto Preziosi.

(Foto Vida y Pensamiento)

El texto ofrece una rápida visión del camino recorrido por los católicos italianos en su relación con la democracia. Un camino que va de la extrañeza, siguiendo la temporada del Resurgimiento e interpretada por el “non expedit”, al enfrentamiento que se produce a principios del siglo XX, con las aportaciones de Giuseppe Toniolo, Romolo Murri y Luigi Sturzo, y a la fundación del Partido Popular en 1919, hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando, con la Resistencia al nazifascismo, se inició una nueva etapa en la que nació la DC de Gasperiana.
Una temporada intensa, marcada por acontecimientos significativos. Uno de ellos es el encuentro, en julio de 1943, de un grupo de intelectuales católicos en el monasterio de Camaldoli. A partir de las reflexiones de aquellos días y de una elaboración ralentizada por los acontecimientos bélicos, en la primavera de 1945 se publicó el “Código Camaldoli”. Mientras tanto, con el mensaje radiofónico de Navidad de 1944, Pío XII abrió el camino a la opción democrática. El Papa afirma que los pueblos “educados por una amarga experiencia” se oponen al poder dictatorial y se abren a la “corriente democrática”. Poco después, en octubre de 1945, se reanudaron en Florencia las Semanas Sociales, después de veinte años de interrupción, con el tema “Los católicos y la Asamblea Constituyente”.

Desde entonces la relación entre los católicos y la democracia ha pasado por varias fases: aquellas en las que el partido de inspiración cristiana tuvo la responsabilidad de liderar la reconstrucción y una larga temporada de gobiernos y reformas hasta los años de protesta y terrorismo, luego la crisis que desbordaron las formas del partido. Siguió una larga diáspora en la que los católicos enfrentaron diferentes escenarios: desde el impulso separatista de la Liga de primer estilo hasta la confrontación con fuerzas políticas que promovían la antipolítica, pasando por partidos que rodeaban a los líderes, y el surgimiento de fuerzas populistas que simpatizaban con un plebiscitario. democracia con tendencias que van en la dirección de democracias iliberales, que irrumpen en sociedades sacudidas por los fenómenos de la modernización y en profundas transformaciones. Las diferentes fases en las que la democracia vio crecer los factores de crisis, temas a los que se dedicaron varias ediciones de las Semanas Sociales. No es difícil reconocer cómo la democracia constituye el “fil rouge” que conecta el período de la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días, cuando los católicos están llamados a hacerse cargo de la crisis de la democracia representativa.

El ejemplo que proviene del encuentro de Camaldoli en 1943, en efecto, habla de la capacidad que tuvieron entonces los católicos para llevar a cabo una vasta labor de “alfabetización democrática”, “arado civil” como la llamó Pío XII, que benefició decisivamente al la red asociativa católica (empezando por la AC y luego por las formaciones sindicales resucitadas, como Acli, Coldiretti, Cif…). Si por un lado, entonces, la reflexión cultural fue útil para quienes se encontraban en el rol de electores y para ocupar cargos políticos en diversos niveles, la difusión de los contenidos del Código y de la Semana Social a nivel popular favoreció la maduración de ese consenso que en democracia es fundamental.

La Semana Social de Trieste es una oportunidad para mirar sin nostalgia el legado de este largo viaje, para contribuir a pensar la democracia en un mundo profundamente cambiado y en busca de nuevas interpretaciones.

La crisis de la democracia, de hecho, no es sólo un fenómeno italiano, también es evidente en Europa, donde hay tendencias nacionalistas que debilitan el proyecto europeo y donde la Comisión de la UE ha promovido una intervención legislativa para mejorar la transparencia y la responsabilidad democrática de los actividades de representación. Desde muchos sectores, y en particular en el discurso del presidente de la CEI, el card. Matteo Zuppi, en la conferencia de hace un año con motivo del 80º aniversario del Código Camaldoli, recibió la invitación de promover un “Camaldoli europeo”. Aunque no sea un objetivo fácil de alcanzar, puede ser útil para fomentar no sólo el diálogo entre los creyentes de varios países, sino también un impulso interesante hacia una temporada de relanzamiento de la unidad europea. Una unidad que, con toda evidencia, puede dar un paso adelante y progresar también gracias a una contribución de las tradiciones políticas católicas a la construcción europea, para una maduración política compartida y plenamente democrática. En este sentido, son interesantes los resultados de la Conferencia sobre el Futuro de la Unión. Las propuestas formuladas (empezando por la reforma de los Tratados) podrían construir una democracia capaz de fundamentar plenamente una ciudadanía europea que complete y dé sentido a las nacionales.

El volumen de Preziosi concluye con la presentación de cinco fichas informativas en las que la democracia se expresa en otros tantos aspectos: “Católicos, política, democracia” para captar la dinámica histórica de la que venimos y la conexión entre fe y política; “Democracia y participación ciudadana” para identificar los valores de la democracia participativa, comprender las diferentes interpretaciones de la crisis y las formas de superarla; “Democracia entre Europa, Occidente y la geopolítica global” para enmarcar la situación italiana en el contexto europeo y global más amplio; “Democracia y economía” para considerar la estrecha (pero no muy evidente) conexión entre la dimensión política y la dinámica del trabajo, la producción, el comercio y las finanzas; “Democracia y sistema de información/formación” para evaluar la compatibilidad entre la democracia participativa, el mundo de la comunicación y el sistema educativo/escolar.

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