“Aquel mural que para la ciudad de Rímini era una obra de arte, lo exorcicé a mi manera y ahora estoy siendo juzgado”. Palabras de Davide Fabbri, de Cervia, 58 años, estudiante de teología que se define como un “diácono exorcista”. El mural en cuestión es el titulado ‘El hombre amamantando al niño’, una obra de arte autorizada por el Ayuntamiento de Rímini colocada en la pared de via Girolamo Savonarola, el 4 de abril de 2023, que representa a un hombre amamantando a un recién nacido. Según las acusaciones, Fabbri destruyó la obra con pintura blanca. “El hombre que amamanta al niño” fue reintegrado más tarde, pero el caso se había vuelto nacional con una miríada de comentarios políticos y de otra índole que habían dividido a la opinión pública. Fabbri no había ocultado haber sido el “destructor” de la obra y, defendido por el abogado Matteo Paruscio, anuncia, no sin cierto orgullo, que será juzgado por daños ante el tribunal de Rímini el próximo jueves. La persona ofendida en el proceso es el director del municipio de Rimini en el sector de protección social. “No soy sacerdote, aunque muchos me llaman el falso sacerdote – dice Fabbri – soy diácono y tengo muchos seguidores en las redes sociales. Ahora estudio teología en la Universidad, pero en los años 80 y 90 hice muchas cosas en Rimini muchas. Para el Municipio de Rimini ese mural era una obra de arte, pero para mí no lo era y lo exorcicé.”
La obra en disputa fue creada por el artista Oliver Vicenzi, conocido como Kage, quien la definió como “un himno a la inclusión y la libertad”.
Fabbri, que tiene un pasado como stripper y también fue concursante en la Isla de los Famosos, fue condenada en 2018 por apología del fascismo tras haber
alfombrado el centro histórico de
Rímini con carteles de Benito
Mussolini. Fue él quien salió a la luz, con un correo electrónico enviado a la prensa en el que reivindicaba la paternidad del bombardeo nocturno que había provocado la cancelación del mural de la discordia. En su reclamo, Fabbri se había definido como “maestro y
guía espiritual de los caballeros de la milicia del Arcángel Miguel”. En los días inmediatamente posteriores a la cancelación, se promovió una recaudación de fondos online para permitir la restauración de la obra.
