«Pero ahora un proceso rápido»

“Y ahora pedimos un juicio rápido, el único alivio al sufrimiento de la familia que dura ocho años”. es el deseo de Bepi Maralfael abogado de los padres de Claudia De Chiricosiguiendo la orden del juez de averiguaciones previas de Tribunal de Trani, Marina Chiddoque decidió no cerrar la investigación.

Y no sólo eso: el juez ordenó al fiscal reformular la imputación según la nueva hipótesis, la de maltrato agravado, asegurando “la inscripción en el registro de denuncias penales” del exnovio de la víctima, el hombre de 35 años. Davide Falcetta, el único sospechoso. Los padres de la niña encontrada sin vida el 22 de diciembre de 2016 en el paso subterráneo de via Mazzini, en Terlizzi, con un cable USB alrededor del cuello, nunca creyeron en la hipótesis del suicidio.

La Fiscalía de Trani, por su parte, había pedido el sobreseimiento por cuarta vez, al considerar que no surgían responsabilidades contra la entonces joven, defendida por el abogado. Francesco Montingelli. 8 años después, el punto de inflexión. Las investigaciones revelaron una relación formada por «violencia y agresión», confirmado por los mensajes de De Chirico a Falcetta: «Y es la cuarta vez… hice una estupidez, me pegaste. Eres simplemente violento».

Para el juez Chiddo, se relata en las 62 páginas del dispositivo, «surge el perfil de un hombre violento (Falcetta)propenso a la ira, hacia quien De Chirico se encontraba en un estado de profunda sujeción psicológica y dependencia emocional” y, por otra parte, “la fragilidad de De Chirico y el estado de soledad de la niña, que había abandonado a su familia por amor a Davide, un amor que, sin embargo, la hizo sufrir no sólo físicamente, sino que también le provocó frustración.”

Por ello considera el gesto extremo del joven de 24 años una consecuencia “de la progresiva condición de anulación de la persona, debido a la conducta opresiva, violenta y amenazante llevada a cabo por la pareja de conviviente”. No sólo violencia física, sino también una “serie de comportamientos de condicionamiento moral, vaciamiento psicológico, contaminación progresiva de la libertad de autodeterminación y de la personalidad, demolición de la dignidad de la mujer”, se escribe.

El juez habló de la actitud de Falcetta «derivada de los celos, que llevaron al hombre a excluir cualquier relación con ella, a revisar su teléfono para comprobar si tenía relaciones, además de dirigirle palabras burlonas para inducirla un estado de ansiedad que provoca pensamientos suicidas». Una historia reescrita después de 8 años.

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