Jugadas zurdas y propensión a luchar: lo que gana el centro del campo del Lecce con Pierret

Jugadas zurdas y propensión a luchar: lo que gana el centro del campo del Lecce con Pierret
Jugadas zurdas y propensión a luchar: lo que gana el centro del campo del Lecce con Pierret

A primera vista, nos recuerda un poco a Almqvist, aunque en comparación con él sólo tiene el corte de pelo y su pie favorito, el izquierdo. De hecho Baltasar Pierret es un elemento diferente respecto a quienes han vestido recientemente la camiseta de Lecce, que llegó libre para lanzarse al fútbol grande y darle al centrocampista de Gotti una solución extra en la sala de control y más allá. Pero lleguemos a conocerlo mejor.

Balthazar Jean Philippe Marie Pierret nació el 15 de mayo 2000 en Cormeilles-en-Parisis, una ciudad de la región de Île-de-France, a unos pocos kilómetros al noroeste de París. Creció a base de pan y fútbol como muchos jóvenes de los suburbios parisinos, y no tardó en lucirse en las escuelas de fútbol locales, hasta el punto de acabar bajo la lupa de Barcelona. Así que se fue a estudiar fútbol a uno de los muchos satélites juveniles que los blaugrana tienen en todo el mundo, en particular el polaco en la Escola Varsovia, donde permaneció poco menos de un año cuando tenía diecisiete años.

La experiencia no duró más pero aun así le valió el respeto de Lindo, que lo fichó en 2018. Sin embargo, en la Costa Azul sólo vestirá la camiseta del Nizza II, segundo equipo de la asociación rossoneri con el que disputó trece partidos, debutando así efectivamente en un primer equipo. En 2020 caduca y otro equipo rossoneri de una ciudad frente al mar, aunque en el polo opuesto del país, lo aprovechará: el Bolonia. Y es en la tercera serie francesa cuando Pierret debuta entre los semiprofesionales, no tardando en lucirse como un centrocampista de construcción y destrucción.

Tanto es así que en enero de 2022, tras 38 apariciones y 2 goles, dejó Boulogne-sur-mer para volver a Europa del Este, esta vez a Rumanía y a la capital, Bucarest. Y el Dinamoque atraviesa un momento difícil y necesita fuerzas frescas, para centrarse en el prometedor transalpino que, a pesar de no haber debutado nunca en selecciones juveniles nacionales, ha sido mirado muchas veces poracademia azul. Permaneció en la entidad rojiblanca durante seis meses, fracasando con 2 goles en 17 partidos para evitar el primer descenso del club en su historia.

Para compensarlo, aquí el pronto llamado de la Patria, donde el Quevilly-Rouen, en la Ligue 2. La experiencia rumana le ha servido mucho y a sus 22 años ya parece un veterano en el medio del campo. Insustituible en el 4-1-4-1 de su equipo como rompeolas y director entre defensa y centro del campo, está entre los mejores de una temporada en la que los Giallorossi terminaron en un sorprendente undécimo puesto. El verano siguiente hubo una sucesión de rumores de traspaso, pero el club de Rouen logró retenerlo a pesar de los focos de la Ligue 1 liderados por Montpellier. El año será decepcionante a nivel colectivo, dado el descenso del equipo de Normandía a la tercera serie, pero sumamente positivo a nivel personal. Pierret siempre es titular salvo 5 partidos en diciembre por una lesión en el tobillo y un par al final del torneo, cuando el camino ya está marcado y su contrato anteriormente de Lecce. Al final quedarán 31 fichas en el campeonato con 5 goles marcados y el premio al mejor centrocampista central del torneo con el top 11 adjunto. Todo esto, por suerte para Corvino&co, después de que los salentos ya hubieran puesto la pluma sobre el papel quemando la competencia.

Con una altura de 1,86 m, Pierret considera que su estructura física es un elemento importante de su forma de jugar. Él ha nacido mediana pura capaz de jugar delante de la defensa o al lado de un compañero para un 4-4-2 o 4-2-3-1. Su dedicación a las coberturas, incluso impetuosa si es necesario, lo hace también utilizable como defensa central en caso de eventualidad, y en estos aspectos recuerda mucho a Alexis Blin. Sin embargo, en comparación con este último, presenta una mayor afinidad con regatear, parada de manos y lanzamientos, por lo tanto una mejor técnica general. Sin embargo, en comparación con su compatriota, además de ser zurdo, tiene menos propensión a la típica inserción de un centrocampista. Ahora dependerá de Gotti decidir cuál es la mejor forma de utilizarlo.

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