Por un lado, ese ritmo de “slow life” que caracteriza la vida de los pueblos costeros, sobre todo en los días de verano, con la venta de pescado fresco a pocos pasos del mar. Al fondo, sin embargo, el enorme escenario Battiti Live que dentro de unas horas hará electrizante el ambiente en Banchina Seminario. Una combinación paradójica que encuentra la poesía precisamente por eso.
La proximidad entre un elemento en el que el tiempo parece detenerse y otro que, sin embargo, anticipa el ritmo incesante que de esta noche a pasado mañana hará de nuestra ciudad la capital de la música italiana, con los más grandes artistas pop actuando en rápida sucesión. escenario situado frente a la Catedral de San Corrado.
Una cuestión de símbolos, de estilos de vida tan diferentes como potencialmente compartibles. La tradición que nunca cambia y la innovación que tiene en su motor el cambio y el caos de nuestro presente. Ese caos que esta noche se convertirá en música y hará cantar a miles de personas.
Pero lo esencial es precisamente la fidelidad a los orígenes. Y esta toma parece confirmarlo plenamente.
