Cómo cambia el tráfico después del arresto del principal “mensajero”

Los dos calabreses que gestionaban el tráfico de cocaína descubierto por el escuadrón volante de Catania con la operación denominada “Devozione” se habían trasladado a Catania. Bruno Cidoni y Antonio Pezzano, por “compromisos de trabajo”, vivieron uno en San Giovanni Galermo y otro en Belpasso. Desde aquí gestionaban mejor el “movimiento” del estupefaciente desde su tierra natal, Calabria, hasta Sicilia. Gestión meticulosa: “Está bien que cuando hagas un paso me lo digas, para ver qué hiciste y qué no hiciste… que sepas que en la zona de Catania eres responsable de llegar”. Así lo explica Cidoni a Francesco Sedici, un “mensajero” de Catania, uno de los trece detenidos por la policía. De hecho, los documentos de la investigación muestran un “modus operandi” preciso que incluye también una “cláusula”: después de haber recibido el suministro de cocaína en Catania, cualquier incautación por parte de la policía en el camino de regreso es responsabilidad del comprador.

Los nombres de los detenidos.

Las ganancias se esconden dentro de las paredes de la casa.

En casa de Cidoni también se discute el precio de la cocaína. Junto con Pezzano, el coste de un “paquete” (un “bloque” de 1 kg de cocaína) se acordó en 37.500. Cidoni y Pezzano se harán cargo personalmente del pago de los suministros. Pasquale Zangari llegaría luego a Catania para cobrar las sumas en nombre de los calabreses. Mientras espera, sin embargo, el producto ilícito se esconde dentro del mobiliario de la casa de San Giovanni Galermo, dentro de las paredes. Si es necesario, ese muro será roto a martillazos. Un niño pregunta: “¿Por qué estás rompiendo la pared?” En respuesta: “¿Por qué no te metes en tus asuntos?”, mientras de fondo de las escuchas se escucha el ruido de la aspiradora eliminando el polvo producido por el yeso y los escombros de las paredes.

En sólo cinco días se entregó la suma de 650 mil euros

Es el 16 de octubre de 2020 cuando Zangari llega a la casa de Cidoni. Es aquí donde se contabiliza una importante suma de dinero, 72.500 euros. Poco después, Zangari, con un sobre marrón en la mano, sale del apartamento y se dirige a su coche, ocultando el dinero en el salpicadero. El intercambio ocurrió. Las cifras del negocio son altas: en sólo cinco días ya se ha enviado a Calabria la suma de 650.000 euros. Los dos calabreses siempre están ahí para coordinar todos los detalles. Caminos a recorrer, horarios de salida y llegada, tamaño de la carga a recoger. Y también piensan en la forma más eficaz de cortar la cocaína, por ejemplo, utilizando latas de laca para el cabello para endurecer bloques de cocaína ya cortada, para presentarlos a los compradores como si nunca hubieran sido desempaquetados. También gestionan la posible detención de uno de los miembros, sufragando los gastos judiciales y prefiriendo un abogado calabrés a uno de Catania. El razonamiento es claro: “Para dejar a un abogado de aquí hay que darle entre 3 y 400 euros, porque para venir a Trapani él quería 500 euros. No se mudan sin gastos… sino el que está allá en Reggio cuando va por un preso llama a 5 presos, si no va una semana va a la siguiente. Es un buen abogado, trabaja en estas cosas aquí.

Una detención cambia el “modus operandi”

Durante el regreso, a las 20.30 horas, el “correo” Francesco Sedici fue sometido a un control policial en “Villa San Giovanni”. Fue detenido tras ser encontrado en posesión de 5 kilos de cocaína divididos en bloques. Esta detención, dado que Sedici es el principal mensajero en la ruta Calabria-Sicilia, suscita numerosas preocupaciones entre los dirigentes que promueven la asociación criminal. Los líderes discuten e identifican formas alternativas para garantizar que el tráfico de drogas continúe sin más problemas. Optamos por otros medios de transporte como los de una finca Francofonte que podrían haber circulado tranquilamente a pesar de las restricciones relacionadas con la pandemia de Covid-19. O bien, utilizar una funeraria, escondiendo la droga dentro de los nichos y simulando el transporte de un cadáver: “Consigamos un coche bonito para el funeral… el bonito”. O también utilizar las furgonetas de una agencia para transportar flores desde los viveros de Reggio. Al final se optó por otro “modus operandi”: la sustancia estupefaciente comprada habría llegado directamente a la zona de Catania a través de vehículos articulados, escondida en el interior de “contenedores” utilizados para el transporte de cítricos. El camión articulado encargado del transporte llegaría entonces a través de Martiri delle Foibe, en Misterbianco, y allí tendría lugar el encuentro y el intercambio.

Catania hoy también está en Whatsapp. Haz clic aquí para seguir nuestro canal

PREV El nuevo Carrarese. Primer partido a mediados de agosto. Pero los azzurri ya están en el terreno de juego para la Copa de Italia
NEXT Aversa, Farinaro: “Un departamento de Transparencia y Legalidad que se ocupa de los bienes confiscados a los clanes”