después de un mes ya está en pie

Pérgola (Pesaro Urbino), 20 de junio de 2024 – dentro de dos meses esta roto ambos fémures, el segundo después de mediados de mayo, y ya se mueve con facilidad sobre sus propias piernas, con la ayuda del carrito, “que pronto – recuerda, mientras una sonrisa maliciosa ilumina su rostro – ya no será necesario , porque me siento en excelente forma”. Y en forma realmente está Eleonora Magi, a pesar de sus 96 años (que cumplirá 97 años el 6 de noviembre) y la doble operación quirúrgica a la que tuvo que someterse. “Si estoy tan bien – continúa – es gracias a los médicos y al personal de los hospitales de Urbino y Pergola, que se ocuparon de mí. Y luego, el doctor Paolo (el jefe de ortopedia del hospital de Urbino, Paolo Pirchio , ed.) tiene las manos doradas. Mis piernas están como nuevas otra vez.”

Recuperación de registros de la abuela Eleonora es realmente increíble y si parte del mérito ciertamente es de su genética y de su espíritu, no hay duda de que el trabajo de los médicos fue excelente. “Y es por eso – afirma la hija Gianna Petrucci, que vive en Pergola con su madre – que queremos agradecer sinceramente al equipo del doctor Pirchio de Urbino, que la operó, y al personal del servicio de rehabilitación del En el hospital ‘Santi Carlo e Donnino’ dirigido por el Doctor Giacomo Maurizi hablamos a menudo de negligencia médica, pero hemos encontrado excelentes profesionales que también son muy humanos y amigables “.

señora gianna recorre los últimos tres intensos meses. La madre se rompió el fémur izquierdo en marzo y fue operada el día 15 en Urbino. Aproximadamente una semana después de la operación la trasladaron a Pergola para rehabilitación y después de 10 días regresó a casa. Todo iba bien, pero luego su fémur derecho también cedió y comenzamos de nuevo el proceso: operación en Urbino el 21 de mayo y rehabilitación en Pergola desde finales del mes pasado hasta el 12 de junio, cuando recibió el alta. Debo decir que cada día que pasa está cada vez mejor y en esto también la ayuda la terapeuta Silvia, que viene a casa en representación del hospital. Todavía depende un poco del carrito para moverse, pero está ansiosa por dejarlo a un lado y pasar a un simple bastón”.

“Pero ¿qué palo – responde la abuela Eleonora, que, a pesar de su inteligencia, no se ha perdido ni una palabra del discurso -. Una vez quitado el carrito, ya no usaré nada, porque necesito ambos brazos libres para hacer mis tareas y también para volver a cocinar y preparar tallarines, canelones y pasta al horno, que hago como hago, con carne ragú, nadie los hace. Pero en resumen, ¿ves un cocinero experto con un palo?

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