Cagliari, Conad se rinde en la desierta Market City: “Ya no podemos recibir bofetadas y perder dinero”

Cagliari, Conad se rinde en la desierta Market City: “Ya no podemos recibir bofetadas y perder dinero”
Cagliari, Conad se rinde en la desierta Market City: “Ya no podemos recibir bofetadas y perder dinero”

Al final, el sueño de Conad de dominar la totalmente desierta Market City, situada entre las vías del tren ligero y el parque Terramaini, duró un año. Uno de los gigantes del gran comercio minorista, que había “absorbido” a Auchan hace unos años, levanta la bandera blanca. La comunicación ya se realizó a los sindicatos CGIL, CISL y UIL durante una reunión ad hoc, la carta será enviada a los propietarios de la estructura en los próximos días. ¿La millonaria remodelación funciona? “Nunca se fueron y no podemos seguir recibiendo bofetadas y perdiendo dinero”. Son palabras muy duras de Michele Orlandi, director comercial de la red Conad del Tirreno. “Hemos llegado al final, ya no es sostenible seguir. Estamos cada vez más solos y, cuando entramos al túnel, hay una fuerte sensación de oscuridad, una situación terrible. Nuestros clientes nos están abandonando, nos vemos obligados a tomar esta decisión.” Una decisión que, desde luego, no se ha tomado a la ligera. El propio Conad ha abierto su cartera para las obras de remodelación de su espacio. Por otro lado, sin embargo, nunca se han iniciado las intervenciones adecuadas para hacer de la Ciudad Mercado “disputada” por los habitantes de Cagliari y Pirresi la más grande de Cerdeña, con miles de metros cuadrados y más plazas de aparcamiento. “Fue sólo una pequeña intervención, construyeron ocho columnas encima de nuestro espacio y se detuvieron”. Orlandi, experto conocedor de los supermercados abiertos y actualmente en funcionamiento en grandes centros comerciales, no sabe darse una explicación lógica de por qué las intervenciones nunca se llevaron a cabo: “Parecía que el proyecto estaba ahí y las autorizaciones habían llegado, yo Creo que hay disputas en curso con los propietarios de nuestra parte. Nos preguntamos por qué se suponía que debían hacer el trabajo y nunca lo hicieron. No hay perspectiva.” Era septiembre de 2023 cuando, a bombo y platillo y hasta con los dedos de los pies cruzados, los dirigentes del Conad inauguraron el espacio completamente nuevo en el “vientre” de Market City.

Después del verano, adiós, un año y quizá unas semanas de vida. En total soledad. Dado que el único estanco superviviente cerró sus puertas hace meses, entrar al túnel parecía un recorrido por un cementerio con una “atracción” repentina y única: el supermercado Conad. “Hay 75 trabajadores, haremos todo lo posible para salvaguardarlos, podríamos reconvertir a algunos y enviar a otro en comisión de servicio a otras sucursales. Entre Marconi y Santa Gilla, a lo largo de los años, hemos trasladado, reorganizado o acordado indemnizaciones con doscientos de nuestros empleados, y nadie nos ha echado nunca una mano.” Ante la derrota prevalecen dos sentimientos: “Dolor y rabia, nos hace sentir mal que los trabajadores también tengan que pagar este precio. Evaluaremos cualquier acción legal, tenemos una oficina que tendrá que realizar todos los controles”. Ésa será otra parte posible, sarnosa y burocrática. En primer lugar está uno, por así decirlo, icónico e identificativo: el gigante de hormigón destartalado y cada vez más arruinado de la Market City en via Dolianova, por el que pasaron miles de clientes en la larguísima época dorada, desde mediados de los años noventa hasta mucho más allá. la primera década de la década de 2000, hasta una agonía total.

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