Aquí está “El Sol” de Scataglini

Franco Scataglini, uno de los poetas más queridos de la segunda mitad del siglo XX, regresa a la librería en el trigésimo aniversario de su muerte. Después de haber publicado su obra poética completa, Quodlibet continúa el redescubrimiento del escritor anconano, reimprimiendo su poema autobiográfico “El Sol”, publicado póstumamente por Mondadori en 1995. En esta “novela de formación”, como la define el editor, Massimo Raffaeli, En el Prefacio, Scataglini narra en verso, siempre a caballo entre Ancona, la lengua original italiana y el italiano, las etapas de su existencia, utilizando la metáfora del viaje. En el Proema, la existencia se configura como un viaje en tren, o más bien una espera del viaje, entre “gente del vestíbulo”, fisonomías recluidas de vida sumisa, “ciudadanos arrepentidos”, “mujeres tímidas y sombrías” y “raras figuras oscuras”. quienes suben y bajan del “acelerado”. En el Epílogo, después de que el hombre que creció en las capas populares de la sociedad ha reconocido en sí mismo la vocación del poeta, el viaje resulta ser el de la escritura, evocado en “nombres, escritos tiznados / poco elocuentes” y simbolizado por un “barco”. sin estela” que no parte las aguas, sino que fluye dulce y nostálgicamente “sobre el mar de trigo”.

En el medio, la vida es un drama clásico en cinco actos, que no se presenta ni en forma de comedia ni de tragedia sino de una confrontación existencial con el deseo y la culpa, con la libido, en forma de eros edípico (amor a la madre), y desilusión, en forma de decepción política. La historia discurre, en cuartetos septenarios rimados, desde la infancia hasta la vejez, desde el barrio obrero de Valle Miano hasta el periférico Chiaravalle, donde el futuro poeta fue desplazado durante la guerra, a la sombra de la Sociedad del Oxígeno Líquido; desde El sol del futuro de la Unión Soviética, donde acudió, con otros jóvenes comunistas, entre ellos Italo Calvino, en 1951, hasta La ausencia del horizonte, que cierra el quinto acto, con la constatación de que “la grandeza es discreta/ y la poesía no tiene esperanzas”.

Este camino hacia la lengua llevó a Scataglini a crear su “neovulgar”, o, como habrán notado quienes acaban de leerlo por primera vez, una lengua hablada transformada en lengua literaria, a la manera de los poetas originales, por los trovadores y trovadores a Compiuta Donzella y Dante Alighieri. Será posible escuchar esta voz singular, cortesía de Stefano Meldolesi, que la grabó el domingo 30, a las 19 horas, en el parque Cardeto que lleva su nombre (info: www.lapuntadellalingua.it).

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