Ires investiga, aumenta el trabajo estable pero también pobre

Trabajadores más estables pero también más trabajadores mayores pobres y precarios. Es la fotografía del mercado laboral en Emilia-Romaña realizada por Ires. Del estudio del Instituto de Investigación CGIL se desprende un panorama positivo de la economía regional. Pero las brechas son cada vez más profundas. Según los datos, en 2023 continuó una fase de desaceleración económica iniciada en 2022, con un crecimiento del PIB regional del 1,1% frente al 3,4% del año anterior. El consumo familiar está aumentando un 1,4%, aunque penalizado por la inflación, con consecuencias sobre la renta real disponible. En 2023 se registró un +1,4% de los empleos permanentes, pero el 31,8% de los asalariados en Emilia-Romaña tenían unos ingresos inferiores a 15.000 euros en 2022; 21,8 por debajo de 10.000. “El propio empleo crece y el desempleo disminuye. Sin embargo, si nos fijamos en los datos del millón y medio de empleados en el sector privado en Emilia Romagna – subraya Massimo Bussandri, secretario regional de la CGIL – sólo el 44% se mantienen estables en sentido pleno del término, es decir, trabajadores empleados con carácter permanente, a tiempo completo y durante todo el año civil”. “Necesitamos tener más tecnología, pero esa tecnología debe ser gobernada. De lo contrario, tendremos optimistas arriba y debajo una burbuja de trabajo pobre, de empresas pobres que tienen el analfabetismo de la innovación”, subraya el consejero regional de Desarrollo Productivo, Vincenzo Colla. “Necesitamos tener un gran organismo central que sea capaz de llegar a los más débiles”, concluye.

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