El jueves por la tarde, un policía de servicio en la comisaría del hospital Rimini Infermi pidió la ayuda de un equipo de patrullas de la Oficina General de Prevención y Salvamento Público para llevar a cabo la detención de un ciudadano extranjero culpable del delito de desfiguración de la apariencia de la persona mediante lesiones permanentes en el rostro.
Efectivamente, alrededor de las cinco de la tarde, el policía recibió un informe sobre un ataque que estaba teniendo lugar fuera del hospital. Inmediatamente el agente se dirigió hacia uno de los accesos a la estructura, donde se encontraban guardias de seguridad, también de guardia en el hospital, y un hombre que, a pesar de estar de pie, apareció herido, con el rostro y la cabeza completamente cubiertos de sangre, probablemente como resultado de la lesión visible del desprendimiento parcial de la oreja izquierda, heridas en la ceja del ojo izquierdo, abrasiones en la cabeza y el brazo. Este último informó que se encontraba hospitalizado en espera de ser operado y que, mientras se dirigía al bar a tomar un café, se le acercó un hombre que le pidió un cigarrillo. Al negarse, el hombre comenzó a atacarlo violentamente, dándole puñetazos, cabezazos, mordiéndole la oreja con los dientes hasta el punto de arrancarle parte de la oreja. Cuando llegó el policía, el agresor se alejaba, como si nada hubiera pasado, pero rápidamente lo detuvieron y con ayuda de la patrulla lo acompañaron hasta la comisaría y posteriormente lo llevaron, por orden del Ministerio Público, a la prisión local de Rímini.
