Barco taxi, llega el Gdf. En Sant’Agostino hay pánico

A la llegada al muelle de Sant’Agostino de los coches de la Guardia di Finanza, de la policía local y de un barco roano que pasaba por el lago, entre los que se disponían a recoger a los turistas de forma no autorizada, porque de lo contrario la reacción no se explica, sucedió un poco de todo lo que se puede describir en pocas palabras con la expresión “huir”. Teléfono en mano, algunos detrás de una pared, otros en la mesa de un bar, se hicieron llamadas a tal o cual persona para pedir que no se presentara, o que llegara en otro horario. Es de suponer que al otro lado del teléfono había socios o clientes. Así como los soldados presentes en el muelle contaron – otra cosa curiosa – de un falso turista con un perro (real) a cuestas, que, fingiendo estar interesado en la belleza del entorno, buscaba clientes para excursiones en barco, también en este caso de forma evidentemente no autorizada.

En resumen, causó revuelo la visita de ayer por la mañana a Sant’Agostino de la policía local y de las llamas amarillas, llamadas para verificar la regularidad de las actividades de taxi-barco o alquiler de embarcaciones. Dos horas en las que, entre turistas intrigados por aquella repentina reunión y aquellas tarjetas que se mostraban y pedían, se revisaron 15 embarcaciones a punto de atracar en el muelle. Por la tarde llegó la confirmación sobre el servicio por parte del Comando Provincial de la Guardia di Finanza y del Departamento de Operaciones Aeronaval, que con la ayuda de la Policía local llevó a cabo «una serie de controles en Viale Geno, en particular en el muelle de Sant’Agostino, con el fin de verificar la presencia de posibles irregularidades en la actividad de los taxis acuáticos”.

Estuvieron presentes seis patrullas, algunas de ellas también vestidas de civil, con la ayuda de una patrullera financiera procedente del agua, además de dos patrullas del cuerpo de Viale Innocenzo. En tres casos se impugnó la falta de cumplimentación de los formularios obligatorios, con sanciones que oscilaron entre 65 y 665 euros. Respecto a otros dos operadores, se constató la falta de instalación de contadores telemáticos, es decir, dispositivos equipados con un módulo fiscal con capacidad de memorizar operaciones individuales y, al mismo tiempo, emitir el documento comercial relativo a los servicios prestados. En este caso la multa es de 1200 euros.

Finalmente, durante la mañana también fueron identificados seis individuos que intentaban acercarse a los turistas presentes en Viale Geno (como el falso turista con el perro) para ofrecerles la posibilidad de realizar un paseo por el lago. Su posición está bajo investigación.

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