Gasparini (Confagricoltura Piacenza): sí a las obras necesarias

Filippo Gasparini, presidente de Confagricoltura Piacenza, habla sobre el tema del aparcamiento en Piazza Cittadella y, en particular, sobre los métodos de implementación, encontrando analogías con otras infraestructuras importantes.

“Llevamos doce años hablando de ello. Parece una película que ya hemos visto – explica Gasparini – vivimos en una sociedad que tiene miedo de todo y esconde la cabeza en la arena, como ya hemos denunciado muchas veces en el ámbito de la agricultura. El sistema es víctima de gente desligada de la realidad, en esta civilización no se hacen grandes obras. El localismo, y con él las obras funcionales a un territorio, se asfalta y todos tropezamos porque se ofrecen soluciones alternativas, aparentemente similares a la obra principal, pero no con el mismo alcance y visión de futuro. Nuestra agricultura necesita una presa en Valnure y un almacenamiento de agua más eficaz en Val Trebbia, del mismo modo que la ciudad necesita aparcamientos adecuados a su desarrollo y que permitan un fácil uso del centro histórico, pero no avanzamos, apoyándonos en las vallas de una barrera asfixiante. Sistema regulatorio”.

Parece una herejía almacenar agua y gestionar conscientemente la alternancia de períodos de fuertes lluvias con períodos secos, pero hemos olvidado nuestra propia historia, dado que bajo los patios de las antiguas villas romanas ya había cisternas para recoger el agua de lluvia y que los Las construcciones de los antiguos acueductos todavía son claramente visibles. “¿Qué pasa con el Coliseo, la Basílica de San Pedro, Santa Maria degli Angeli o las Termas de Caracalla? – comenta Gasparini – si los antiguos hubieran tenido los temores que tenemos hoy, seguramente no habrían creado estas eternas obras maestras. Si hubieran tenido coches, habrían hecho unos aparcamientos subterráneos enormes y adecuados”.

La asociación aprovecha la ocasión para agradecer las obras complementarias realizadas por el Consorcio de Recuperación que al menos hacen más eficiente la gestión del agua. En lugar de la presa, se proponen lagos, menos eficientes y distribuidos en una superficie mayor, en proporción a los volúmenes almacenados, obras que sólo son funcionales si están diseñadas, como es el caso de las que está construyendo el Consorcio, en apoyo de una presa.

“Pero las principales infraestructuras – continúa Gasparini – no se pueden construir. De manera similar, vemos a la ciudad como víctima y privada de un trabajo que le serviría como la presa sirve a la agricultura. Una presa es una obra intensiva, con un precioso uso múltiple, apreciada incluso con fines turísticos, y estratégica para fines energéticos. Las grandes obras que se necesitan deben hacerse, en todo caso se emplean los mejores arquitectos y paisajistas para definir y perfeccionar la relación de la infraestructura con el paisaje y el entorno circundante, de modo que sea armoniosa con el contexto y multifuncional”. En opinión de Gasparini, nuestra ciudad es un lindo lugar para vivir, pero faltan infraestructuras estratégicas para el desarrollo, como lo es el estacionamiento. “Son infraestructuras intensivas, de bajo impacto porque están integradas en el contexto y tienen un alto valor añadido. Se necesita un aparcamiento cerca del corazón de la ciudad, especialmente cerca de la puerta de Lombardía. Cualquiera que cruce el puente del Po se encuentra ya proyectado hacia nuestro centro, allí debe encontrar un lugar donde dejar su coche. Es absolutamente necesario remodelar la zona de Cittadella. Dejemos que los expertos evalúen si el aparcamiento subterráneo puede tener la capacidad necesaria o no, pero también es cierto que hace falta un aparcamiento en la zona. La propuesta ya cuenta con varios precedentes de éxito como el de Verona, prácticamente bajo la Arena y que se llama Cittadella. El aparcamiento de Verona dispone de 251 plazas en el tercer piso subterráneo y 800 en el segundo (siempre subterráneo), 268 en el primero (-1) y 50 más en superficie. Otros ejemplos: el aparcamiento Toschi conectado al conjunto monumental de Pilotta en Parma, el aparcamiento en el centro de Bolzano y otros proyectos al servicio del centro de Milán. Las infraestructuras intensivas, precisamente por ser más eficientes y multifuncionales, tienen proporcionalmente menos impacto que las extensivas y crearlas es un indicio de responsabilidad y previsión. Asimismo, las represas de nuestro territorio, hoy centenarias, son las que aún hoy permiten prosperar la agricultura y la economía en el valle. “La misma racionalidad nos lleva a considerar positivamente el proyecto, lamentablemente aún en curso, del centro de hierro. Si la logística es necesaria, que sea lo más intensiva posible – concluye Gasparini – concentrada en un área y con todas las interconexiones necesarias para minimizar los impactos y aumentar la eficiencia. Sí al aparcamiento, intensivo y urbanizable, y sí a la presa. Se trata de intervenciones que permiten un salto histórico de calidad, que cambian la cara de la economía y la civilización del lugar, pero, sobre todo, son aquellas obras para las que dentro de treinta años quedará el beneficio del uso y todos los aspectos ligados a las dificultades encontradas, ya sean de carácter burocrático o político. Emancipar una civilización, una comunidad y varias generaciones con la creación de infraestructura merece algunos problemas contingentes y algunos compromisos”.

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