El homenaje de Como a Giacomo Matteotti, el discurso del presidente del Comité de Como Battarino

El homenaje de Como a Giacomo Matteotti, el discurso del presidente del Comité de Como Battarino
El homenaje de Como a Giacomo Matteotti, el discurso del presidente del Comité de Como Battarino

La conmemoración pública de Giacomo Matteotti organizada por el Ayuntamiento de Como con el Comité de Como para el centenario tuvo lugar hoy, viernes 14 de junio, a las 12:00 horas, en Piazza Matteotti de Como. A continuación publicamos el texto del discurso del presidente del Comité, Giuseppe Battarino, tras el saludo del consejero provincial Valerio Perroni y el discurso del alcalde de Como, Alessandro Rapinese.

Como, 14 de junio de 2024

Saludos en nombre del Comité de Como para el centenario de Giacomo Matteotti, de Su Excelencia el Prefecto, de las autoridades, de los representantes de las instituciones y de todos los ciudadanos presentes. Y permítame, señor alcalde, agradecer sinceramente, junto con usted, a sus oficinas y a la policía local, valiosos recursos de la ciudad, la organización de esta ceremonia.

Gracias al alcalde de Como, Alessandro Rapinese, en particular por haber aceptado rápidamente la propuesta del Comité de Como para el centenario de Giacomo Matteotti no sólo de conmemorarlo como lo estamos haciendo con esta breve y sobria ceremonia secular, sino también de calificar esta plaza como un lugar de la historia civil de Como con la colocación prevista de una placa, que tendrá como objetivo recordar más ampliamente la figura de Giacomo Matteotti.

Celebramos a un gran italiano ante un nombre toponímico que lo califica de “mártir de la libertad”. Es una indicación correcta y es significativo que haya sido, también en nuestra ciudad, como en cientos de otras, fruto de la liberación de Italia: pero sabemos que no es una indicación exhaustiva.

Giacomo Matteotti fue un hombre de pensamiento que basó la acción política en el estudio, el conocimiento y la concreción de los hechos; fue el verdadero y gran antagonista parlamentario de un jefe de gobierno que no encontró otro modo de contrarrestar su acción que hacerlo asesinar; pero incluso antes fue, junto con su familia, víctima de ataques imprudentes, violencia verbal, agresión física, debido a su extraordinaria labor como administrador local, y como maestro y guía de administradores locales democráticamente elegidos.

Giacomo Matteotti nos enseñó la importancia de respetar las reglas de la administración pública: incluso cuando son duras, incluso cuando su implementación no nos brinda una satisfacción inmediata e individual. Como ya se quejó alguien imprudentemente entonces, pero sobre todo como se hace ahora, en tiempos de comunicación compulsiva y de individualismo ilusorio, que muchas veces impiden mirar detenidamente el bien común.

Aquella esperanza municipal de la que fue protagonista Giacomo Matteotti se vio arrollada por la violencia y las amenazas de los fascistas, que a partir de 1920 obligaron a dimitir a cientos de aquellos alcaldes y concejales municipales elegidos democráticamente; 63 alcaldes sólo en la provincia de Rovigo, la de Matteotti. Pero lo que fue el fascismo nos lo dice, con una consonancia que ningún ciudadano de Como debería olvidar, el asalto de los escuadristas negros al ayuntamiento de Como en noviembre de 1923, con una violencia que continuó hasta obligar al ayuntamiento dirigido por el el alcalde Paolo Nulli y el ayuntamiento de Como a dimitir.

Y es el propio Matteotti en su libro “Un año de dominación fascista” quien relata, junto a cientos de episodios similares, que, en esos mismos días de noviembre, en nuestra provincia, los fascistas fusilaron y mataron al trabajador Guglielmo Ramponi, por organizar la fiesta “Il Sol dell’Avvenire” en una cooperativa.

El fascismo no puede reducirse a un fenómeno político ordinario, posiblemente propenso a errores: fue un movimiento fundado en un ejercicio estructural de violencia y abuso, hasta el asesinato -el de Matteotti, y el de aquellos, muchos, que lo precedieron y siguieron- como instrumentos para conquistar y mantener el poder, principalmente a través del ataque a las instituciones municipales y a la institución parlamentaria.

Pero como recuerda Giordano Azzi, figura ilustre del socialismo de Como, en uno de sus escritos, en aquel noviembre de 1923 los fascistas que invadieron la sala de nuestro ayuntamiento gritaban “vagos” y “comedores de pan traicioneros”.
Todos aquellos que consideran la violencia verbal de las redes sociales o las actuaciones personalistas no como una crítica razonada de nuestros conciudadanos, exponentes de las instituciones, sino sólo como fragmentos de una creciente pobreza comunicativa, deberían considerarlo cuidadosamente.

Consideremos esto también y recordemos el carácter sagrado de los lugares destinados a la confrontación institucional y democrática. Lugares que cada día, si se respetan, nos garantizan, como dijo Giacomo Matteotti en su último discurso ante la Cámara de Diputados el 30 de mayo de 1924, que la nación no esté políticamente dividida entre “amos”, quienes mandan, y “súbditos”, los que sufren el mando.

Quiero concluir agradeciendo a los presentes por lo que compartimos hoy aquí, y lo hago recordando una de sus evocadoras declaraciones del discurso que el alcalde de Como pronunció el 2 de junio con motivo del Día de la República: “la República lo es todo”.

“Es todo” para cada ciudadano, esta República nuestra, que en su inigualable Constitución nos dice que la solidaridad es un deber; que el respeto a las leyes es; que las autonomías locales, y en primer lugar los Municipios, son la casa de los pueblos y de los ciudadanos; que la República no puede fundarse en la afirmación de la fuerza de un líder sino que se basa en delicados e inteligentes equilibrios, y es la construcción paciente de una historia colectiva hecha del esfuerzo y la belleza de la democracia y la participación.

El 21 de septiembre de 1901, el periódico socialista “La Lotta” publicó un artículo de Giacomo Matteotti, de dieciséis años, que escribía con una claridad deslumbrante: “Son nuestros amos los que no quieren que nos involucremos en política, porque Tienen todo el interés en mantenernos en la ignorancia.”

Reclamamos aquí, hoy, juntos, el derecho colectivo a superar la ignorancia, a conocer la historia, a vivir conscientemente el presente, a compartir un futuro de democracia constitucional.

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