Tras el boom de los primeros años, la facturación fue disminuyendo progresivamente, sobre todo a partir de 2015, hasta que se cerró al público en 2018. El plan de inversiones concebido en 2016, que debía haber ampliado la superficie del parque con la construcción de una piscina de olas y más atracciones acuáticas, nunca fue construido.
La llegada de la pandemia hizo abandonar la iniciativa de comprar el parque entre 2020 y 2021. La vasta zona también se vio afectada por varios incendios, uno en particular de gran escala el pasado mes de julio, cuando las llamas estallaron entre las ruinas y ahora Estructuras abandonadas con llamas de varias decenas de metros de altura.
Hoy, algunas tomas divulgadas por un grupo de amantes del Urbex, práctica que corresponde a la Exploración Urbana, es decir, la llegada a lugares abandonados o deshabitados, devuelven la imagen de un parque que no es más que el esqueleto de su ilustre pasado. Un contenedor ahora vacío que, efectivamente, también ha sido objeto de diversos actos vandálicos a lo largo del tiempo.