El 10 de mayo, a las 9.00 horas, estaremos en el tribunal de Crotone, donde se celebrará la segunda audiencia del proceso contra MaysoonMajidi.
Ya el 26 de marzo hubo una iniciativa de protesta en la prisión de Castrovillari, apoyada por personas indignadas por el encarcelamiento surrealista que sufrió el director y activista kurdo-iraní, encarcelado desde el 31 de diciembre de 2023, acusado de contrabandista.
El caso de Maysoon no es el único. En Calabria hay otra mujer, Marjan Jamali, encarcelada desde el 27 de octubre de 2023 en otra prisión, la de Reggio, con la misma acusación y también hay dos menores, ‘contrabandistas’, en la prisión de menores de Catanzaro, el kazajo Mukamadi Mukammad y el egipcio Hamdi Ebebawi.
Se sabe que quienes se embolsan el dinero, decenas de miles de euros para estos viajes, no parten, no corren el riesgo de morir en el mar, permanecen en Libia, o en otro lugar, para organizar cómodamente su tráfico; mientras que son aquellos que se encuentran escasos de dinero quienes, para emprender ese camino hacia una vida mejor, podrían aceptar ponerse al mando. No se trata de barqueros despiadados que se benefician de la fuga de personas, al contrario, son víctimas de un sistema que produce refugiados, viajes arriesgados y muertes.
El injusto encarcelamiento de Maysoon es un caso paradigmático para comprender mejor el sinsentido y el peligro del Decreto Cutro, nacido tras la trágica muerte en Calabria de 94 inmigrantes, abandonados a merced de las olas, sin responder a las peticiones de ayuda, hasta el punto de que La Fiscalía de Crotone ha inscrito en los últimos meses a tres agentes de la policía financiera en el registro de sospechosos por no prestar asistencia. Después de esta tragedia, el gobierno Meloni reúne el Consejo de Ministros en Cutro y de allí aprueba el famoso decreto Cutro, que establece una reducción más de los derechos humanos y allana el camino para encarcelamientos fáciles e injustos. Mientras tanto, durante el juicio por la masacre de Cutro, algunos sobrevivientes declararon que fueron inducidos por la policía a señalar a personas que no eran contrabandistas. Este representa un caso que ayuda a comprender cómo se imponen las limitaciones de la verdad para “producir contrabandistas culpables”.
Afortunadamente, hay algunos destellos de oportunidad en esta feroz producción de trampas para los falsos traficantes de inmigrantes. El 4 de abril, en el tribunal de Ragusa, el tribunal de jueces absolvió a tres inmigrantes de la acusación de contrabandistas: uno de los tres inmigrantes por no haber cometido el delito y los otros dos porque sus acciones estaban dictadas por el “estado de necesidad”. ”. La sentencia pone así fin a un largo e injusto encarcelamiento que se remonta a los desembarcos de mayo de 2017 en Pozzallo. Largos años de prisión que podrían haberse evitado. La esperanza es que esta sentencia, así como las otras que se han producido, ayude a restablecer un mínimo de justicia donde parece faltar.
Comité Maysoon Libre # no los llames contrabandistas
