Cuando Berlusconi rechazó a Sarri para el banquillo del Milan

Todo es culpa de un chándal oscuro, de una opinión demasiado clara y de un golpe al jefe: “Renzi me recuerda a Berlusconi, o algo peor. Mi abuelo era partisano, mi padre un trabajador. ¿Podré algún día votar por Renzi?”. Maurizio Sarri subió al banquillo del Milan con esta frase. Lo planteó en 2015 junto con otras reflexiones sobre cuestiones espinosas, como la relativa al antiguo secretario general de Fiom, ahora en la Cigl: “Si se presentara, votaría por Maurizio Landini”. Entonces Galliani lo descartó.

idea sarri

Hoy el nombre de Sarri ha vuelto a flotar sobre el mundo milanés de forma apartada y matizada, dispuesto a insinuarse en la carrera a dos bandas por el banquillo rossoneri. Tras abandonar a Lopetegui, las categorías superiores piensan en Paulo Fonseca y Sergio Conceicao, siendo este último favorito, pero Sarri sigue siendo una idea. qEste año renunció a la Lazio en marzo después de terminar una temporada en segundo lugar. Mejoró la plantilla, afinó la defensa, convirtió a Provedel en un portero de calidad y a Zaccagni en un extremo de dos dígitos. Ahora está listo para un nuevo desafío, pero uno se pregunta cómo habría terminado si en 2015, después del mal año con Inzaghi, Berlusconi lo hubiera elegido a él en lugar de Mihajlovic.

sarri y milán

Contexto. En la primavera de 2015, Sarri fue el entrenador revelación de la Serie A. Dio un espectáculo con el Empoli, aprovechó a los jugadores y mostró un juego ofensivo y espectacular, sobre todo después de haber parado dos veces al Milan: 2-2 en Castellani en el en la ida, con goles de Tonelli y Pucciarelli a los veinte minutos, y 1-1 en San Siro en la vuelta. Tras el partido, en la sala de prensa, Inzaghi se pegó un tiro en el pie: “No se puede pensar en dominar al Empoli en San Siro”. El Empoli de Sarri. Después de cerrar la temporada, Berlusconi lo incluyó en la lista de candidatos, pero mientras tanto Maurizio concedió un par de entrevistas sobre temas escurridizos: actualidad, Landini, Renzi, ideas de izquierda. Entonces Silvio traza una línea roja y dice “no, no llevaré a Sarri”. También por el traje que nunca deja atrás. Al final de la temporada, tras liquidar a Inzaghi, Berlusconi recurre a Sinisa Mihajlovic, mientras Sarri llega a Nápoles. El 4 de octubre de 2015, en San Siro, dio una lección a los rossoneri jugando al póker de antaño. Al final del partido, Berlusconi comentó con amargura: “Sus equipos juegan bien”. Por eso lo quería.

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