Seis días de angustia, búsquedas desesperadas e hipótesis que se persiguen sin una respuesta clara por la desaparición de Milena Santirocco, la profesora de danza de 54 años originaria de Lanciano, Abruzzo, han mantenido ansiosos a familiares, amigos y autoridades. Pero como en toda buena novela, hay un final feliz, aunque el misterio permanezca intacto. Un grito de liberación de los hijos y la hermana de Milena cuando finalmente recibieron la noticia: “¡Está viva, está viva!”. Seis días de incertidumbre y preguntas terminaron cuando fue encontrada en Castel Volturno, en la zona de Caserta. Su presencia en un bar de la localidad de Campania, denunciada por las autoridades locales, devolvió un rayo de esperanza a una historia que parecía encaminarse hacia un epílogo trágico.
El final feliz, tan inesperado como ansiado, llenó de alivio a quienes seguían el caso. La profesora Milena se encuentra bien de salud, tras búsquedas masivas en las que participaron bomberos, Protección Civil, buzos y Guardacostas. Se buscó en el mar Adriático hasta Termoli, con drones y helicópteros, pero finalmente fue encontrada a más de 200 kilómetros del lugar de su desaparición.
¿Pero qué pasó realmente? ¿Por qué se fue Milena? ¿Con quién estuvo ella en estos seis días? Son preguntas que, de momento, siguen sin respuesta. Las investigaciones continúan, coordinadas por la Fiscalía de Vasto, a la espera del informe científico sobre el coche de Milena, encontrado con un neumático pinchado y abierto en Torino di Sangro.
Las hipótesis, en estos días de incertidumbre, se han multiplicado. De amigos y conocidos trascendió que Milena había estado preocupada por su gimnasio, llegando incluso a buscar la bendición de un exorcista para ahuyentar supuestas energías negativas. Sin embargo, la policía descartó esta pista por considerarla demasiado antigua para vincularla con su desaparición.
Ahora, con Milena a salvo y en contacto con su familia, es momento de pruebas médicas y preguntas. ¿Qué pasó con ella durante esos seis días? ¿Qué te hizo irte? Las respuestas pueden ser tan misteriosas como su propia desaparición.
