¡Y todos los televisores extranjeros también estaban conectados! Engañado por la cartelera que ofrecía un clásico del fútbol italiano y, en cualquier caso, el partido entre el segundo y el tercero… en teoría. En la práctica, fue una mala impresión que el fútbol italiano no necesitaba, porque si es cierto que en los últimos veinte minutos sucedió algo, aunque confuso e impreciso, quién sabe cuántos habrán tenido la fuerza para llegar ahí, en el minuto setenta. Hay mucha xenofilia en los últimos tiempos, de hecho demasiada (debido a la habitual tendencia dañina a derribarnos), pero es imposible imaginar que en Primer ministro o Liga Un partido entre dos equipos de primer nivel es tan pobre en ideas, técnica y emociones.
Juve-Milán una vez…
Érase una vez Juventus-Milánayer los vestigios de dos imperios arruinados explicaban de manera plástica el abismal desapego deEnterrar y el hecho de que, a pesar del quinto puesto de la Campeones, los bianconeri siguen ahí haciendo cálculos para saber cuánto y cómo arriesgan. Pero lo que altera el ánimo de los aficionados de ambos equipos no es la falta de victorias, la posición en la tabla o el deseo del Inter de conquistar el Scudetto, sino el hecho de que no se trata de Juventus ni de Milán. Porque estos dos clubes son, o más bien deben ser, otra cosa. Massimiliano Allegri y Stefano Pioli son los primeros en ser acusados y, muy probablemente, los primeros en ser condenados.