Taranto, ha comenzado el proceso de beatificación del guerrero Francesco Vaccaro

Taranto, ha comenzado el proceso de beatificación del guerrero Francesco Vaccaro
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A instancias de la madre Milena, el padre Donato y el hermano Gisueppe, se inició el proceso de beatificación de Francesco Vaccaro. De ello se ocupa el padre Eugenio Beni, párroco de la iglesia Gesù Divin Lavoratore del barrio de Tamburi, donde vivía Francesco, que envió una petición al arzobispo de Taranto Ciro Miniero.

Francesco fue arrancado de la vida el 29 de mayo de 2019 a la edad de veintiún años debido a una enfermedad autoinmune contraída cuando tenía seis años. Una anemia hemolítica autoinmune que ha empeorado hasta el punto de no dejarle escapatoria. Primero afectó a las células y luego a todos los órganos. Un pequeño gran guerrero que en sus años despreocupados tuvo que luchar contra la enfermedad que le privaba de una vida normal como la de la mayoría de niños de su edad. Francesco luchó hasta el final porque quería vencer la enfermedad a toda costa pero su cuerpo no pudo soportarlo, alejándolo de sus seres más queridos que estuvieron cerca de él desde el principio de la dura prueba hasta el final.

A pesar de los tratamientos debilitantes, Francesco logró sus objetivos, se graduó en una cama de hospital, fue hermano del Carmine y en el año de su muerte participó en la procesión de Semana Santa, recorriendo un corto recorrido que para él y para sus padres fue un motivo de gran orgullo.

«Francesco vivía en la parroquia y era monaguillo – dice madre Milena – el campo de fútbol está dedicado a él. Francesco siempre toleró el dolor, nunca se quejó, aceptó todo en silencio. También escribió un libro “¿Renunciar? ¡Nunca!” lo hizo en verano cuando todo el mundo iba a la playa y a él le prohibían hacerlo. Lo recaudado fue donado a la asociación Make a Wish pero su mayor deseo no se hizo realidad: ir a París. Teníamos los billetes listos pero el respirador le impidió subir al avión. Francesco ha sufrido varias intervenciones con mucha fuerza. Podría ser el protector de los jóvenes y de la ciudad que amaba y que, tal vez, fue una de las causas de su enfermedad”.

El proceso de beatificación será largo y la última palabra pertenece al Santo Padre.

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