Florencia: desafiando todos los límites con Anselm Kiefer

Hay una nueva exposición en la ciudad: Palacio Strozzi da la bienvenida al gran Ansel Kiefer, artista alemán, nacido en 1945, que desde sus primeras obras abordó la cuestión de la identidad de posguerra y luego exploró otros temas: la vida, la muerte, la existencia humana. Para sus obras, ricas en referencias literarias y poéticas, se inspira también en los filósofos presocráticos porque, como él mismo dijo, “ellos ya habían teorizado que el mundo estaba hecho de pequeñas partículas infinitas”.

Para Kiefer todo tiene espíritu, incluso los escombros. “Son como la flor de una planta, son el pináculo radiante de un metabolismo incesante, el comienzo de un renacimiento” al igual que los girasoles presentes en sus obras, anclados al suelo pero siempre en movimiento y añorando el cielo.

La exposición comienza con el enorme cuadro creado específicamente para el patio renacentista del Palazzo Strozzi. Se trata de “La caída de los ángeles’, inspirada en la obra de Luca Giordano. Ángeles rebeldes expulsados ​​del Paraíso, tema que encontramos en “Luzifer”, un cuadro del que emerge un ala gigantesca de avión, un desafío humano a la fuerza de gravedad. Potencial y descarado deseo de oponerse a todo límite y, al mismo tiempo, a la probabilidad de fracaso, de muerte y de destrucción.

Lo que sorprende y asombra al visitante son las grandes dimensiones de sus creaciones y su multimaterialidad. Kiefer utiliza semillas, tejidos, yeso, plantas, metales y hojas. Un arte que, por su grandeza y fisicalidad, transmite bien la dualidad de la naturaleza humana: materia y espíritu, encarnados por el plomo, pesado y serio, y el oro, luz y símbolo de la eternidad.

Se exploran los mitos y la Biblia. Son muy interesantes los escritos en latín, inglés y alemán que abarcan las imponentes obras. El artista se mueve impulsado por urgencias existenciales y un ego consistente. Al superponer materia sobre materia, capas, figuras y objetos en relieve, nos revela un marcado “Horror vacui”, que recordamos es también el título de una de sus acuarelas de 1980, expuesta en el MET de Nueva York.

El deseo de llenar el espacio vacío se puede sentir en la sala de pinturas irradiadas. Cuando cruzas el umbral, te asaltan el asombro y la opresión. En las paredes y el techo hay sesenta pinturas que Kiefer, no satisfecho con el resultado obtenido, sometió a radiaciones de plutonio con la intención de destruirlas o modificarlas.

En la sala se han colocado dos enormes espejos paralelos al suelo que amplifican y multiplican la visión, generando abismo emocional y desorientación. Para prepararse para sus pinturas, esculturas y fotografías expuestas en Florencia, recomendamos leer el libro de Vincenzo Trione, “Prólogo celestial. En el taller de Anselm Kiefer“, publicado recientemente por Einaudi. Se trata de una visita a los talleres del artista, en sí mismos obras de arte.

Otro libro para apropiarse de los principios que guían a Kiefer es “El arte sobrevivirá a sus ruinas”, una recopilación de las lecciones que el maestro dio en el Colegio de Francia, entre 2010 y 2011, como profesor de creación artística. También queremos señalar que el 30 de abril se estrena en cines la película “Anselm” de Wim Wenders, que cuenta la historia de vida del artista alemán. Imperdible.

Anselm Kiefer Ángeles Caídos en el Palazzo Strozzi del 22 de marzo al 21 de julio de 2024

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