Three Merry Dead Boys – Garage Pordenone – Opiniones

Treinta años de Tre Allegri Ragazzi Morti. Y luego aparece el “garaje” del título de este álbum, que hace referencia a un lugar real pero también quiere rendir homenaje a una ciudad, concretamente Pordenone, que en los años noventa vio nacer la banda de Davide Toffolo, Enrico Molteni y Luca. Masseroni, verdadero faro de la escena punk italiana entre los años setenta y ochenta. Sea como fuere, en comparación con los últimos álbumes, el nuevo álbum de TARM tiene un carácter mucho más road-going y rockero, y esto es un hecho innegable, a pesar de que Paolo Baldini, que fue fundamental en el giro “optimista”, punto, fue llamado para coproducir discos como. Primitivos del futuro.

El otro aspecto que nos parece importante en un trabajo que nos devuelve al sonido de sus orígenes son las preciosas colaboraciones que marcan el setlist, desde las guitarras de Adriano Viterbini (Explosión de blues de Bud Spencer), Marco Gortana y Matteo Da Ros, hasta la coescritura de algunas canciones por Alex Ingram, Andrea Maglia y Wilson Wilson. Todos los elementos que dan un regalo a Garaje Pordenone una cierta frescura, garantizada también por la habitual habilidad de los Tre Allegri Ragazzi Morti a la hora de poner en música esa inmediatez de significados y de estados de ánimo que desde hace tres décadas ha sido el rasgo distintivo del grupo. En los inicios de TARM hablábamos de adolescencias problemáticas abordadas con una mirada sencilla pero eficaz sobre el tema; tres décadas después Mundo ingenuo las cosas se han vuelto más estructuradas y organizadas en términos de sonido y escritura, manteniendo al mismo tiempo una especie de pureza y ética “permanente” que el público evidentemente también aprecia. No somos nosotros quienes lo decimos, sino la ristra de entradas agotadas recogidas por la nueva gira de la banda incluso antes de su salida.

Al fin y al cabo, los artesanos manipulan el material con el cuidado habitual y se puede sentir, como lo demuestra la firmeza de la roca. me gusta lo que es verdad – una especie de reflexión sobre un presente lleno de contradicciones: «Y veo que lo que le gusta a la gente / No vale casi nada / Es cierto que seguirás siendo tú / Quien siempre decidirá / También es cierto que cuanto más conectados estemos / Cuanto menos somos nosotros mismos / Es cierto que luego extrañamos cosas / Si no estamos conectados” – o tal vez uno ho’oponopono un auténtico himno punk-rock que “llena el suelo”: «Reconozco sólo un culto / el culto al amor / Pertenezco a una raza / la raza de la humanidad / sólo hay una razón / la razón del corazón / Reconozco una claro Dios / A quién le importas un carajo”, se canta en la canción, y es lo más efectivo que encontrarás en los casi 40 minutos que dura el programa del disco. El resto del setlist se centra en el ritmo (rápido, como en Jessica disléxica, greta la niña o el periodo nirvaniano Los labios de Molly, lo obsceno) y algunos paréntesis de medio tiempo agradablemente pegadizos (Mientras dure), con algunas concesiones agradables a ciertas baladas que no esperarías (La única realidad concreta) pero que son apreciados por la capacidad del grupo de explorar los sentimientos desde un ángulo original.

Personalidad nunca ha faltado en Tre Allegri Ragazzi Morti, y Garaje Pordenone es una demostración más de cómo Davide Toffolo, Enrico Molteni y Luca Masseroni siguen siendo un equipo muy unido y creativo, a pesar de su relación con un mundo (musical y de otro tipo) que (desafortunadamente) no se parece ni siquiera vagamente al que deambulaban cuando empezaron a jugar.

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