Milán, se acerca el momento del ajuste de cuentas. Pioli tiene una salida: el Napoli lo quiere

Milán, se acerca el momento del ajuste de cuentas. Pioli tiene una salida: el Napoli lo quiere
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Ahora que el último objetivo de la temporada en cuanto a trofeos ha desaparecido, ¿qué pasa con el Milán? La eliminación en cuartos de final de la Europa League ante la Roma es una herida que arde fuertemente, también porque el equipo salió de la prueba perdiéndose dos partidos sin ningún tipo de atenuante. El “día después” de los rossoneri transcurrió en un silencio atronador tras la decepción acumulada en el Olímpico ante 4.500 aficionados descontentos y enfadados. En la mente de todos los aficionados quedan otros noventa o más minutos insulsos. De todos.

Después de la derrota en San Siro esperábamos una reacción, arrebatos de ira, nervios, determinación. Se vio poco o nada. La Roma fue un equipo durante 180 minutos, el Milán un opaco sustituto de aquel grupo que había encantado en el mes de marzo con una importante racha de éxitos. Contra los Giallorossi el gol fue el larguero de Giroud en el partido de ida y el larguero de Loftus en el partido de vuelta. Y aunque los rossoneri (en Roma con tres delanteros centrales en el campo en la segunda parte) patearon “40 veces a portería”, como recuerda Pioli, el botín fue sólo un gol.

El Milan se derritió como nieve al sol en el momento crucial de la temporada, fallando ya dos veces en los “once días” más importantes, llegando al límite (cuánta confusión en el centro del campo en las elecciones del entrenador, por ejemplo la inversión de roles de Calabria y Musah) y exaltar a los oponentes con grietas defensivas. El lunes por la noche, en el derbi que podría conquistar el Scudetto para el Inter, el orgullo y la dignidad se pueden salvar evitando el revés final, pero no se puede borrar la amargura de un año que se ha vuelto incoloro y decepcionante con el paso de las semanas.

Sin embargo, después del derbi y el posterior partido ante la Juventus, tendremos que seguir adelante. De manera clara, concreta y decisiva. Sin descuentos, para nadie. Las teorías y el algoritmo de Moneyball pueden ser buenos para el béisbol, pero el fútbol necesita más. Quizás Paolo Maldini no se equivocó del todo hace un año cuando, antes de ser expulsado, pidió importantes inversiones para mantenerse en la cima, llegando incluso a cuestionar el banquillo de Pioli. Sin embargo, sería injusto señalarlo como el único responsable de una temporada carente de satisfacciones.

El balón pasará entre los pies del triunvirato Moncada, Ibrahimovic y Furlani, de acuerdo con el accionista mayoritario Gerry Cardinale. Antes de abordar el tema de los “refuerzos” (se necesitan 3-4 jugadores funcionales) habrá que tomar una decisión sobre el entrenador: contra la Roma Pioli llegó a 233 banquillos en los rossoneri, en el calor del momento se limitó a decir “Sé paciente hasta el final, luego haremos un balance y abordaremos la discusión”.

La sensación, sin embargo, es que estamos en el final del ciclo, y el nombre del técnico emiliano pasaría a la licuadora del total de entrenadores, con el Napoli dispuesto a interceptarlo ante las dudas de Antonio Conte. El ex entrenador de la Juventus y del Inter sigue siendo el sueño de los aficionados del AC Milan, un poco menos que RedBird teniendo en cuenta la filosofía de la empresa y la contención de costes. Es cierto que alguien se está moviendo para acercar las partes, pero ante la posible petición del técnico más exigente de llevar en ataque a alguien como Lukaku, ¿qué podría responder la Casa Milán? Lopetegui es una opción concreta, Thiago Motta es un objetivo que ya parece superado, el italiano es una hipótesis de momento descartada, mientras que el regreso de Max Allegri parece más una sugerencia que un deseo.

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