Kübra: la serie de televisión que se ha convertido en un culto en el Véneto gracias a las blasfemias involuntarias

Kübra: la serie de televisión que se ha convertido en un culto en el Véneto gracias a las blasfemias involuntarias
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Kübra y la blasfemia involuntaria.

por Alessandro Cammarano

Cuando el cebo está sabroso, el pez pica de buena gana, y esta vez el gusano es verdaderamente gourmet.

Volvamos a hablar de series de televisión, pero esta vez no para dar consejos ni hacer rankings, sino más bien para resaltar cómo una asonancia lingüística puede generar no tanto malentendidos -de hecho, también-, sino que en este caso puede provocar un tsunami jovial. todo veneciano, pero ciertamente comprensible también por los hermanos friulanos y los padres toscanos del italiano.

Preámbulo histórico.

En la época de la intolerante y muy cristianodemócrata RAI -que, en cualquier caso, a la vista del disgusto actual parece ser un modelo de pluralismo-, Bernabéi elaboró ​​un reglamento que los periodistas, presentadores e invitados debían respetar estrictamente para no para generar “malentendidos” en el público.

Por lo tanto, está prohibido utilizar la palabra “miembro” cuando se haga referencia a un miembro de una fuerza política o de cualquier asociación.

Para lograr igualdad de condiciones, los periodistas deportivos, cuando se trataba de partidos internacionales de fútbol, ​​cuando hablaban del glorioso equipo portugués Benfìca – horribile dictu – tenían que cambiar el énfasis, atenuando la lasciva alusión al órgano femenino, en el primero ” E” rebautizando al equipo portugués con un improbable Bènfica.

Ahora es Netflix, pero ¿dónde van a buscarlos los responsables de la serie? – poner en marcha una fantástica ronda de memes, carretes e historias que literalmente se están volviendo populares aquí en el Nordeste, que una vez más se muestra capaz de aprovechar la oportunidad para convertirse en protagonista de una historia cáustica y al mismo tiempo autocrítica. humor . No es casualidad que Andrea Pennacchi sea del Véneto.

Pero vayamos al tema de debate.

La plataforma de streaming estadounidense, que ahora produce en todos los países en los que está presente, es decir, prácticamente en todos lados excepto Kamtchatka, ha distribuido un nuevo producto fabricado en Turquía titulado “Kübra”.

La serie, estrenada silenciosamente hace unas semanas, rápidamente se volvió viral, especialmente en el noreste, y el motivo se explica rápidamente.

En “Kubra” el tema de la religión se aborda, sin embargo, en un contexto de thriller, contando la historia de Gökhan, un provinciano que intenta reconstruir y recomponer su vida. La trama se desarrolla cuando el protagonista Gökhan comienza a recibir mensajes anónimos que parecen predecir el futuro, ganando seguidores y enemigos poderosos.

Hasta aquí todo bien, es una pena que en italiano, pero ¿los directores de doblaje y los propios actores de doblaje, por decirlo a la manera romana, “duermen de pie”? – la pronunciación de Gökhan, de hecho, suena completamente similar a “Djocan”.

De ahí un auténtico tsunami de ironía en Internet, ya que muchos usuarios han notado que parece recordar el sonido de cierta blasfemia que es una combinación entre Fido y el Padre Eterno.

Desde aquí, se dijo, en TikTok, pero también en Instagram no hay piedad para nadie con respecto a estos deslices, y en consecuencia se han vuelto virales una larga serie de clips de usuarios filmando la televisión en el momento en que escuchan el doblaje italiano… usuarios que luego subrayaron – sin ocultar la hilaridad del asunto – la absurda ironía de la pronunciación.

El nombre del pobre Gökhan se convierte inevitablemente en objeto de bromas en una serie de espectaculares “descontextualizaciones” que ofrecen los propios diálogos.

Va desde un banal “¡Cuidado Djocan!”, hasta “¿Te consideras policía, Djocan?”, pero lo mejor de lo mejor surge de un diálogo que dice «“Alá, me habla – “¿Qué eres?”. diciendo, Djocan” “: ¡¡¡una obra maestra!!!

También es fantástico el intercambio de bromas con sus compañeros de fútbol sala: cuando el protagonista rechaza la invitación de sus compañeros para continuar la velada y uno de sus compañeros dice: «¡Tienes que venir con nosotros, Djokan!».

Podríamos seguir hasta el infinito, pero mientras tanto cerremos con una cita lírica: la geisha protagonista de Madama Buttefly de Puccini se llama Ci-vò San. Pues en todos los países donde se habla español la desgraciada japonesa pasa a llamarse “Sio-sio San”, porque en español el original sonaría como “Chocho”, que sería un poco como la ya mencionada “Benfìca”.

Hasta la próxima, Gökhan.

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