Zona Trani-Bisceglie: un paso atrás en la integración

Como se puede ver en el sitio web https://www.segretariatotranibisceglie.it/, el Área Social territorial n.5 Trani-Bisceglie interactúa con el ciudadano a través de un sistema integrado compuesto por: Mostrador de la Secretaría Social, Puerta Única de Acceso, Ayuda Mesa para la integración socio-sanitaria y cultural de los inmigrantes.

Este último servicio se conoce comúnmente como “mostrador 108”, según lo previsto en el art.108 apartado 1 del Reglamento Regional de Apulia n.4/2007 “Disciplina del sistema integrado de servicios sociales para la dignidad y el bienestar de mujeres y hombres de Puglia” que dice: “En cada ámbito territorial se garantiza la presencia de al menos una mesa para la integración socio-sanitaria-cultural de ciudadanos extranjeros inmigrantes, que realiza actividades de información sobre derechos, formación y apoyo a los agentes sociales y sanitarios.. Las oficinas de integración socio-sanitaria-cultural funcionan en estrecho contacto con las oficinas sociales y con la secretaría social de cada ámbito territorial, incluyéndose la posibilidad de una única organización integrada de las oficinas, siempre que para el funcionamiento de la oficina de integración de inmigrantes, se garantiza la presencia de personal cualificado en los servicios de mediación lingüística e intercultural, adecuado para respetar las especificidades culturales, étnicas y religiosas de las personas que recurren al servicio de asistencia.

Una vez transcurrido el plazo de cesión al operador económico que hasta ahora garantizaba su gestión, el servicio está a punto de volver a licitarse con sustancial continuidad, sin perjuicio de la evidente ausencia del servicio específicamente dedicado a los ciudadanos inmigrantes que el legislador ha previsto la complejidad de la cuestión, tanto en el contexto normativo como sociocultural. Una ausencia difícil de percibir como “una única organización integrada de sucursales”. De hecho, la única atención concreta que el Sector reserva a los más de 3.500 ciudadanos extranjeros presentes (aproximadamente el 3,66% de la población residente) es la presencia, entre los recursos humanos previstos en el equipo, de un mediador lingüístico cultural con competencias en lenguas vehiculares. ​​como el inglés y el francés (cualquiera con un mínimo de experiencia concreta en la materia es consciente de que un solo mediador no puede satisfacer las múltiples necesidades lingüísticas y culturales de los usuarios, además de que el poder adjudicador no exige ésta y/o la entidad gestora el conocimiento profundo de la legislación específica que regula el derecho de los inmigrantes a acceder a los servicios, así como de los códigos culturales de los grupos étnicos más presentes).

Para comprender la gravedad de la situación, basta saber, por ejemplo, que, en los últimos años, los plazos de finalización de los procedimientos ordinarios de primera expedición y renovación de los permisos de residencia – competencia de la Jefatura de Policía – han registrado retrasos de más de 24 meses: los extranjeros que residen habitualmente por motivos de estudio, trabajo o familia, están constantemente “en proceso de renovación” no por sus propias responsabilidades, sino por la ineficiencia de nuestra administración pública. Esta circunstancia causa enormes inconvenientes en la relación entre estas personas y servicios como la oficina de registro, la autoridad sanitaria local, el centro de empleo, la escuela. A la espera de la renovación del permiso de residencia, el INPS suspende temporalmente todo tipo de cotización, incluidas las pensiones de invalidez o los subsidios de asistencia para menores discapacitados, agravando la situación de pobreza y, por tanto, la dependencia de los servicios de los beneficiarios. Por si fuera poco, los empresarios prefieren no prorrogar los contratos de sus empleados extranjeros, desconfiados de estos vergonzosos retrasos en la obtención del permiso de residencia renovado.
A estas necesidades se suman las de los jóvenes recién llegados: se trata de jóvenes procedentes del África subsahariana que anteriormente fueron acogidos en los Centros Extraordinarios de Acogida activos en la Zona y que, una vez obtenido un permiso de residencia, decidieron quedarse. Trani y Bisceglie representan para ellos un nuevo hogar, a pesar de verse obligados a afrontar condiciones de trabajo subóptimas, situaciones de vivienda límite, dificultades de todo tipo para mantener la regularidad de su estancia, también gracias a las limitaciones impuestas por la conversión en ley del el llamado “Decreto Cutro”.

Aunque formalmente todos los servicios prestados por el Sistema de Bienestar de Apulia están dedicados transversalmente a los inmigrantes sin distinción, las formas de exclusión derivadas de prácticas ilegítimas y una actitud generalizada de desconfianza por parte de los operadores de servicios poco formados en el enfoque intercultural hacen que sea más la necesidad actual de prever la presencia de los especialistas previstos por la “mesa 108”, especialmente en su función de “formación y apoyo de agentes sociales y sanitarios para la promoción de la cultura de integración organizativa y profesional a favor de los inmigrantes, de orientación inicial y acompañamiento de los ciudadanos extranjeros inmigrantes y de sus familiares en el acceso a la red de servicios sociales, sanitarios, educativos, de centros técnicos especializados Consultoría para servicios de apoyo en la construcción y gestión de proyectos de intervención personalizados.“.

Si bien se están haciendo muchos intentos para promover acciones de creación de capacidad reforzar las capacidades de los servicios para afrontar la complejidad del fenómeno migratorio, favorecer la transición de una dimensión multicultural a una comunidad intercultural, para los administradores de la zona de Trani-Bisceglie todo parece ir bien, tal vez gracias a la el deficiente acceso a los servicios por parte de los ciudadanos extranjeros o en su dificultad objetiva para encontrar un espacio efectivo para expresar sus necesidades y recursos.
Como organismo del Tercer Sector que continúa, también gracias a numerosos informes de ciudadanos atentos y solidarios, apoyando voluntariamente a numerosos inmigrantes presentes en Bisceglie, nos permitimos suponer que la falta de proximidad entre los ciudadanos extranjeros y los servicios locales -un elemento que puede ser que ha llevado a justificar la decisión de desmantelar la oficina de inmigración- deriva de una resignación generalizada de los inmigrantes hacia las administraciones locales que durante años no han podido o no han querido fomentar espacios de encuentro ofreciendo respuestas adecuadas a sus necesidades específicas.

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