En este caso, el desafío para Italia es salir del gas y de la energía nuclear inútil.

(ANSA) – ROMA, 29 ABRIL – “El verdadero desafío para la descarbonización del sector eléctrico italiano es planificar la salida del gas – 45% en 2023 -, que sea posible, segura y económica, mediante la combinación de energías renovables, baterías y redes eléctricas, sin necesidad de recurrir a la energía nuclear.

Precisamente por eso esperamos que el G7 adopte también nuevos objetivos para las baterías y las redes eléctricas, reconociendo su papel estratégico y necesario para la transición del sistema eléctrico, en paralelo al desarrollo de las energías renovables”.

Así lo afirma en un comunicado Luca Bergamaschi, director y cofundador del grupo de expertos italiano sobre el clima Ecco, al comentar el anuncio del ministro británico de Energías Renovables y Nuclear, Andrew Bowie, sobre la decisión de los países del G7 de abandonar la producción de carbón. eléctrica para 2035.

“Por primera vez, las economías avanzadas se han fijado un objetivo común para la salida del carbón en el sector eléctrico – explica Bergamaschi -, con importantes repercusiones para las economías asiáticas, en particular Japón, pero también para China y la India. Italia ya tiene un objetivo de 2025 para la península y de 2028 para Cerdeña, dado el peso marginal – 5% en 2023 – del carbón en el mix eléctrico italiano, el verdadero objetivo de referencia del G7 para nuestro país es la consecución de un sistema eléctrico descarbonizado de aquí a 2035”.

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