un libro celebra la historia y la comunidad

«Mi esperanza es que el lector descubra, en escritos e imágenes, la belleza y la riqueza de formar parte de un fragmento de la iglesia, fruto de la pasión, la generosidad y la colaboración»: este es el deseo que Mons. Vito ha querido expresar al firmando el breve prefacio que abre el libro creado por Don Rino con motivo del 50° aniversario de la parroquia Madonna del Cuore, presentado el domingo en la iglesia de via Piselli en presencia de un numeroso público, invitados y autoridades. En representación de monseñor Piccinonna, ausente por otros compromisos pastorales, estuvo el vicario general don Casimiro Panek, que saludó como vicario pero sobre todo “como amigo” al queridísimo don Rino Nicolò que con esta presentación inauguró las celebraciones por el siglo de vida de la parroquia nace como una transformación de la histórica capellanía de la fábrica Viscosa.

Un aniversario importante que el sacerdote que ha sido creador y guía de la parroquia en todas estas décadas ha querido celebrar con este volumen que, como él mismo escribe en la introducción, quiere ser una “digna culminación” del libro al que fue dedicado en 1998, con los estudios de Don Giovanni Maceroni y de Sor Anna Maria Tassi, a la pequeña iglesia que constituye la referencia espiritual de lo que era un suburbio agrícola transformado en un barrio obrero: esa iglesia parroquial rural dedicada a la Madonna dei Frustati que a principios del siglo XIX se dedicó al culto –recién establecido por Pío VII– del Inmaculado Corazón de María.

Madonna del Cuore es el nombre de la pequeña iglesia que hoy se encuentra en la rotonda entre Piazza XXIII Settembre y via Manio Curio Dentato. Pero Madonna del Cuore se ha convertido en el nombre del barrio donde en los años 30 se desarrolló una rica vida social y pastoral en torno a la fábrica Supertessile. Y es el nombre que hemos querido conservar también para la parroquia nacida en 1974 a partir de la transformación de la capellanía que ha visto alternarse, a lo largo de los años, los capellanes enviados por el Onarmo (la organización nacional de asistencia religiosa y moral de los trabajadores) y luego el primer sacerdote del clero diocesano enviado allí, don Salvatore Nardantonio. En 1974, tras transferir a este último a la dirección de Sant’Agostino, el obispo Dino Trabalzini encargó al entonces vicerrector del seminario don Rino Nicolò que se ocupara de la comunidad que, hasta entonces capellanía autónoma de la parroquia Regina Pacis (y incluso antes que la de San Donato y Santa María), fue constituida canónicamente como parroquia del ahora bien definido barrio (que luego obtendría el reconocimiento civil definitivo en 1986).

Para resumir su “prehistoria”, en el libro elaborado por el párroco gracias a la contribución de la Fundación Varrone, se recogen los textos firmados por Ileana Tozzi y Roberto Melchiorre, este último entre los muchos rietianos adquiridos que – de Abruzzo como él, o como los Marini de la familia del difunto ex presidente del Senado, o los tantos venetos – pasaron años entre los habitantes del núcleo que se desarrolló alrededor de la fábrica Supertessile.

Las páginas del volumen, acompañadas de documentos y un rico material fotográfico, recuerdan las distintas etapas que caracterizaron la evolución de la capellanía en la parroquia, a partir de la adquisición de los locales del antiguo internado de niñas transformados progresivamente en una estructura parroquial ( como explica el libro de Mirko Rinaldi que narra la progresiva transformación del internado): la casa parroquial, el apartamento de las monjas, el pequeño teatro construido en la habitación del antiguo dormitorio y, sobre todo, la iglesia en lo que antes era el refectorio de la calle planta baja, luego ampliada y enriquecida en los últimos años por Don Rino con el hermoso ciclo iconográfico creado por Roberta Boesso, para concluir con las últimas creaciones en el espacio detrás del altar (la representación, en las paredes laterales del sagrario, del doble procesión de los apóstoles que van hacia Jesús para recibir el pan y el vino, firmada por los pintores rumanos Tomás y Camelia Candreva), en la bóveda central (el Espíritu Santo), en la esquina del coro (los ángeles músicos sobre el nuevo Órgano vizconde adquirido por la parroquia).

En el libro, textos y fotografías ilustran estos años de trabajo que Don Rino realizó con la ayuda de válidos colaboradores y con el aporte generoso y gratuito de artesanos y diseñadores, entre ellos los Rinaldi, padre y tío de la consejera regional Manuela Rinaldi, quien habló en la ceremonia junto con otros representantes institucionales: el alcalde de Rieti Daniele Sinibaldi y el alcalde de Fiamignano Filippo Lucentini, este último recordando el acto jurídico de constitución canónica de la parroquia que, en 1974, utilizó lo que era el título parroquial de fracción del municipio equicolo, San Salvatore, hoy extinto.

Una hermosa historia, que se desarrolla, además de las 130 páginas del libro, recorriendo cinco décadas de vida pastoral, con las diversas actividades, las celebraciones de los sacramentos (en medio siglo, 1477 niños bautizados, 1890 niños recibiendo la Primera Comunión, 1729 niños confirmados), la actividad catequética (la catequista María Onorini habla de ello), la actividad caritativa (lo relata Giulio Giansanti del grupo Cáritas), la presencia insustituible de las pastoras (la hermana Luisella Maino escribe sobre ello en nombre de las hermanas ), así como las peregrinaciones y los viajes anuales que llevaron a Don Rino a dirigir grupos a numerosos destinos (los esposos Ennio y Marilia Lombardi hablan de ello), hasta la última iniciativa: el parque Laudato fue creado – como explica Riccardo Miluzzo – en un Espacio verde en el barrio.

En la concurrida tarde del domingo, presentada por el periodista (reciente feligrés de Madonna del Cuore) Paolo Di Lorenzo y amenizada por dos aplaudidas actuaciones musicales: los evangelios del Artem Gospel Choir y las canciones del dúo Soleado con Roberto Carotti en el acordeón y Mario Rosario Faraglia en el violín – toda la emoción del momento, por parte de Don Rino y de todos los presentes que quisieron expresarle su agradecimiento por la pasión con la que acompañó iniciativas, logros y sobre todo personales y familiares. cuentos. Con una de sus recomendaciones: ama, ama siempre a la comunidad “que es tu madre”.

Foto de Gianluca Vannicelli

PREV ¿Un libro sobre Metal Gear Solid? ¡Aquí está y es amado por los fanáticos!
NEXT La comida cuenta la historia de Nápoles: la cocina napolitana en el libro de Yvonne Carbonaro