Después de 1.901 días, Julian Assange está libre: salió de la prisión de máxima seguridad de Belmarsh la mañana del 24 de junio y, tras ser liberado en el aeropuerto de Stansted, abandonó el Reino Unido. Como leemos en la cuenta X de WikiLeakssu liberación “es el resultado de una campaña global que involucra a organizaciones, activistas de la libertad de prensa, legisladores y líderes políticos, hasta las Naciones Unidas”.
Una campaña que se abrió a una larga negociación con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que llegó a un acuerdo que “aún no se ha cerrado formalmente”. Assange aceptó declararse culpable de publicar documentos militares clasificados proporcionados por la ex analista de inteligencia del ejército Chelsea Manning en 2010 y 2011 y los fiscales solicitarán una sentencia de 62 meses, que se considerará ya cumplida en la prisión de máxima seguridad londinense.
“Assange, después de más de cinco años en una celda de 2×3 metros, aislado 23 horas al día, pronto se reencontrará con su esposa Stella y sus hijos, que sólo conocieron a su padre tras las rejas”, concluye la nota de WikiLeaks.
“La terrible experiencia finalmente está llegando a su fin”, dijo su madre Christine inmediatamente después de la noticia del acuerdo de culpabilidad: “Esto demuestra la importancia y el poder de la diplomacia silenciosa. Agradezco a esas personas invisibles y trabajadoras que antepusieron el bienestar de Julian. Los últimos 14 años me han pasado factura como madre”.
Assange comparecerá ante un juez en el territorio estadounidense de las Islas Marianas del Norte, en el Pacífico, donde celebrará una audiencia de declaración de culpabilidad que le dará la posibilidad de regresar a Australia.
