Balcón desierto sin Kate y Harry

Este sábado, con motivo del cumpleaños del Rey Carlos, está previsto el habitual desfile militar conocido como “Trooping the Colour”, que será como siempre magnífico y espectacular, lleno de relucientes uniformes escarlatas y dorados, al son de charangas y zuecos que patalean. Pero cuando el rey emerge al balcón del Palacio de Buckingham para recibir el aplauso de sus súbditos reunidos, existe el riesgo de que la celebración se convierta en una imagen del estado precario y desgastado en el que ha caído la monarquía bajo su control.

EL PASADO

En la época de la reina Isabel, el balcón estaba lleno de familiares: decenas de tías lejanas, tíos excéntricos, primos extravagantes y sobrinas y sobrinos de mejillas sonrosadas fueron invitados a saludar a la reina y al país. Oficialmente se les agradeció por apoyar a Su Majestad. Parte del apoyo ofrecido fue decididamente marginal, pero la reina Isabel pensó que el balcón abarrotado transmitía los mensajes más importantes de fecundidad y unidad en los puntos cardinales de su heroína, la reina Victoria, quien de facto inventó la monarquía moderna.

LAS CELEBRACIONES

El Palacio de Buckingham se negó a comunicar al “Daily Beast”, el sitio estadounidense que informa la noticia, quién estará o no al lado del rey, pero ya sabemos de varias ausencias que serán reseñables. Obviamente no estarán el Príncipe Harry, ni Meghan Markle, ni Archie, ni Lilibet. Que los Sussex fueron despiadadamente separados de la familia real tras su decisión de renunciar a sus funciones oficiales no es ningún secreto. Pero en algunos medios circulaba la noticia de que Charles está interesado en reconstruir la relación con su hijo, especialmente porque está triste por la falta de contacto en la vida real con sus nietos de Sussex, y que invitaría a su hijo a reconectarse.

Es posible que el “Trooping the Colour” no haya sido una rama de olivo inimaginable, especialmente porque a pesar de haber sido invitados al evento por la difunta reina Isabel en 2022, no aparecieron en el balcón. Sin embargo, una fuente real le dijo al Daily Beast: «Charles». Ama a sus dos hijos y obviamente le encantaría, en un mundo ideal, tener una relación con sus nietos. La realidad, sin embargo, es que no puede, porque lo último que alguien quiere es que Harry y Meghan regresen al Reino Unido de forma regular. Su presencia siempre distrae la atención del trabajo de la monarquía. Como rey, Carlos debe anteponer la corona. Esto es lo que significa el deber.” No habrá York, ya que no son miembros de la realeza que trabajan, lo que parece ser el criterio para estar en el balcón estos días. Andrew, deshonrado por sus vínculos con Jeffrey Epstein, sigue atrapado en una agotadora batalla con su hermano, a quien de todos modos nunca le gustó que siguiera viviendo en el Royal Lodge. A Charles le gustaría que saliera de la mansión de 30 habitaciones; mientras que Andrew no tiene intención de irse. De hecho, según se informa, Andrew planea dejar su contrato de arrendamiento, que se extiende hasta 2078, a sus hijos cuando muera. El rey ha dejado claro que no ve ningún papel para Beatriz y Eugenia en el futuro de la familia real, por lo que presumiblemente tampoco estarán allí.

LA AUSENCIA DE KATE

Ha habido rumores de que aparecerá la princesa Kate, pero fuentes de Palacio los han desmentido por considerarlos infundados. Una fuente le dijo al Daily Beast que sería “extraño” que Kate apareciera en el balcón después de cancelar su aparición con su regimiento, la Guardia Irlandesa. El fin de semana pasado, en una carta, Kate dijo que esperaba representar al regimiento nuevamente “muy pronto”, palabras que causaron confusión porque parecían plantear la posibilidad de que pudiera regresar al servicio. Así, la cara pública que la familia real presentará al público este fin de semana parece ser la siguiente: un rey de 75 años enfermo de cáncer que habrá sido llevado a la ceremonia en carruaje en lugar de a caballo. Lo acompañará su esposa, la reina Camilla, quien para muchos (incluido su hijo Harry) todavía está lejos de ser amada. Estará el Príncipe Eduardo, considerado poco carismático. También se esperan la princesa Ana y su marido, el casi desconocido Sir Tim Laurence. Con la ausencia de Kate, aún en tratamiento, el príncipe William será una de las pocas personas, además del rey, que gran parte del público mundial reconocerá.

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