Cena-evento en la Pinacoteca de Brera, la esteticista cínica y la polémica sobre la “cafonata”: «¿Huelo a pobre?»

Cena-evento en la Pinacoteca de Brera, la esteticista cínica y la polémica sobre la “cafonata”: «¿Huelo a pobre?»
Cena-evento en la Pinacoteca de Brera, la esteticista cínica y la polémica sobre la “cafonata”: «¿Huelo a pobre?»

La cena organizada en los últimos días por la influencer Cristina Fogazzi, conocida como la esteticista cínica, en el interior de la Biblioteca Nacional Braidense y en el patio principal de Brera, en Milán, se convirtió en un caso. La emprendedora eligió el famoso museo milanés como escenario para una cena de Veralab, su empresa de productos de belleza que está a punto de expandirse a España. En los últimos días ha llovido en las redes sociales una lluvia de críticas: “Qué grosería”, “qué tristeza”, “un espectáculo indecoroso e indigno”. O: «No es sólo basura o mal gusto, es un auténtico ataque» y «qué amargo, realmente todo tiene un precio». A la polémica responde ahora no sólo el interesado, sino también Angelo Crespi, director de la Pinacoteca di Brera, que reivindica la decisión de conceder el espacio a la esteticista Cinica.

«Los precios los decide el ministerio»

En las páginas de Corriere della Sera, Angelo Crespi explica que la cena organizada por el influencer aportó “alrededor de 80 mil euros, más 15 mil por separado para los custodios” a las arcas de la Pinacoteca di Brera. Los precios los fijan, precisa el director, no los museos sino un reglamento del Ministerio de Cultura, que permite el arrendamiento de lugares para «financiar la restauración, la conservación y la valorización». Crespi reivindica la decisión de ceder la pinacoteca a Cristina Fogazzi y señala que no es un caso aislado: «En el extranjero es la norma, estoy pensando en la mega cena de Gucci en el Louvre de París, pero se podrían dar mil ejemplos dado. Ha sido un problema normal durante diez años”. Evidentemente, precisa el director de la Pinacoteca de Brera, hay una selección previa. Y el evento de Cinica Beautician se desarrolló con el máximo respeto a las normas de seguridad, dejando todo limpio y ordenado. En definitiva, concluye Crespi, “no estamos vendiendo la cultura y los espacios históricos”.

«Esto es clasismo»

Siempre desde las páginas de mensajero, es la propia Cristina Fogazzi quien interviene en el asunto, en primer lugar para aclarar que tras la polémica “no estoy nada bien, no le he hecho nada malo a nadie”. Respecto a la elección de utilizar la Pinacoteca di Brera para el evento de su empresa Veralab, el influencer añade: «¿Por qué tengo que dar dinero a un particular? Aquí, me dije, recaen sobre la comunidad: se convertirán en restauración, en personal, en servicios para quienes estudian.” La esteticista cínica, que dirige un imperio con una facturación anual de 70 millones, tiene una interpretación muy precisa de lo ocurrido. Las polémicas, explica, no son más que un ataque clasista. «En esos mismos espacios –le dice a todos mensajero – una gran marca de lujo recibió a sus invitados, pero no vi disturbios ni indignación. Sin embargo, si la cena la ofrece la esteticista cínica, entonces no es buena. Esto se llama clasismo”. Y luego otra vez: «El problema es que soy hija del pueblo. ¿Huelo mal? Me llamaron rico. Por suerte, hay gente rica en un país donde el ascensor social lleva años parado”.

En portada: La influencer Cristina Fogazzi, conocida como Estetista Cinica, en el photocall del Festival de San Remo, el 5 de febrero de 2024 (ANSA/Ettore Ferrari)

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