El mundo construido por Chiara Ferragni ha comenzado a desmoronarse desde que, en diciembre pasado, la Oficina Antimonopolio los multó a ella y a Balocco por “prácticas comerciales desleales”. El caso estalló a raíz de un anuncio de venta de Pandoro de 2022 firmado por la influencer en el que se hacía entender a los consumidores que al comprarlo contribuirían a una donación para el hospital Regina Margherita de Turín. En realidad, la donación de 50.000 euros ya la había realizado la empresa meses antes. “Merecen recordarse los procedimientos destinados a reprimir comportamientos incorrectos en relación con las reseñas en línea y las investigaciones realizadas en el sector del marketing de influencers”. Así se expresó el presidente de la Autoridad de la Competencia y los Mercados, Roberto Rustichelli, en el informe anual de actividades realizadas.
“Estos últimos han puesto de relieve, entre otras cosas, cómo el comportamiento de los consumidores puede verse indebidamente perjudicado por una comunicación basada en una mezcla ambigua entre patrocinio e iniciativas benéficas, llevándoles a creer – contrariamente a la verdad – que están contribuyendo a la iniciativa benéfica a través de la compra del producto”, prosiguió en referencia a la iniciativa ‘Pandoro Pink Christmas’, en el centro del proceso cerrado contra las empresas Balocco Industria Dolciaria, Fenice Srl y TBS Crew Srl, las dos últimas atribuibles a la influencer Chiara Ferragni. . “Tras la investigación, la Autoridad comprobó que la donación anunciada como vinculada a las ventas de ‘Pandoro Pink Christmas’ había sido realizada por Balocco solo varios meses antes del lanzamiento del producto al mercado, por un importe fijo, es decir, sin ningún tipo de relación con las cantidades del producto vendido, y sin ninguna participación directa del influencer involucrado en la iniciativa benéfica”, añadió Rustichelli.
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