Mimmozzo es un blogger de tenis que saltó a la fama tras decir que no le gustaba Sinner, y no por el trillado tema de los impuestos, sino porque es un buen tipo, el clásico nerd “Kraut” que se acuesta a las nueve de la noche y Nunca dice ni hace nada indecoroso: no hace alarde de su riqueza en las redes sociales, no rompe raquetas, no insulta a sus oponentes cuando lo provocan o incluso a los árbitros cuando le quitan un gol decisivo. punto. Para aquellos como Mimmozzo, un hombre de verdad debe perder la cabeza de vez en cuando, ceder a los vicios en lugar de evitarlos, rebelarse contra las injusticias en lugar de aceptarlas. Caer y levantarse una y otra vez, resistiendo todo menos la tentación.
El “maldito” es un arquetipo lleno de encanto, envuelto en un aura mítica y mística, de condenación y redención. Es más fácil enamorarse de un héroe negativo, frente al cual inmediatamente nos sentimos mejor, que de uno positivo, destinado inevitablemente a ponernos por delante de nuestros límites. Según un determinado modelo cultural, del que Mimmozzo es el último y quizás inconsciente portavoz, en Sinner la gente buena molesta y a la larga aburre.. Pero se trata de un malentendido gigantesco. Nos educaron para creer que la verdadera demostración de carácter consiste en liberar los peores impulsos. Más bien, decía Sócrates, consiste en poder controlarlos. Por suerte la cosa está cambiando un poco y, por lo que veo, Sinner empieza a tener más seguidores que Mimmozzo.
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