LAS HISTORIAS DE FIGIO. FRANCO BALMAMION, QUE ESCAPE A LA ROSA. ¿PERO EL SALÓN DE LA FAMA DEL GIRO? GALERÍA

LAS HISTORIAS DE FIGIO. FRANCO BALMAMION, QUE ESCAPE A LA ROSA. ¿PERO EL SALÓN DE LA FAMA DEL GIRO? GALERÍA
LAS HISTORIAS DE FIGIO. FRANCO BALMAMION, QUE ESCAPE A LA ROSA. ¿PERO EL SALÓN DE LA FAMA DEL GIRO? GALERÍA

Para el ganador de dos Tours de Italia consecutivos Franco Balmamionnacido el 11 de enero de 1940, 83 años bien construido, piamontés, específicamente y orgullosamente canavese de Nole, una ciudad a unos veinticinco kilómetros al norte de Turín, en la zona baja de Canavese, seriedad y regularidaden todas sus expresiones -y también la ciclista- han sido, y son, una regla precisa de vida contrapuestacomo siempre, desde específica y cortés reserva.

Nacido como Balma Mion, era el tío de Franco, Ettore Balma Mion, un buen corredor-escalador que también fue profesional durante cuatro años entre las décadas de 1920 y 1930, conocido como “magnífico”la definición dialectal de su profesión de calderero para transmitir su pasión por el ciclismo, para Franco el apellido se cambió más tarde a Balmamion, todo unido, parece por sugerencia de un experto en marketing de la época.

Después de competir entre los aficionados primero en el Martinetto di Ciriè y luego en el GS Fiat en Turín – y donde también trabajó como empleado en Fiat Ricambi – en el fuerte entrenamiento dirigido por Giuseppe Graglia, Franco Balmamion se convirtió en profesional en 1961, categoría que lo mantuvo ocupado hasta 1972. Construye un palmarès, más cualitativo que cuantitativo, que presenta, además de dos maillots rosas finales en las ediciones de 1962 y 1963 del Giro de Italiavictorias en clásicas como la Milán-Turín y la Vuelta a los Apeninos de 1962, el campeonato de Zúrich y el Gran Premio de Suiza, contrarreloj en el país de la relojería, era 1963, en 1967 ganando la Vuelta a la Toscana, conquista el maillot tricolor de campeón italiano de ruta y luego la clasificación final del relevo contrarreloj de Abruzzo, organizado por Giovanni Giunco, que también repitió en 1968. También ganó varios circuitos, sobre todo los más exigentes, en una época en que estas “kermesse”, promovidas por el milanés Nino Recalcati , presentó un calendario numéricamente denso y con la participación de múltiples “vedettes” de las dos ruedas.

En su larga trayectoria profesional, tras su juventud en Martinetto di Ciriè y en GS Fiat, Balmamion vistió las camisetas de Bianchi, Carpano, Cynar, Sanson, Molteni, Salvarani, todas formaciones top, con los últimos años siempre puso a disposición del equipo, un “complejo de lujo” por supuesto, además de la camiseta azul de la selección en 1962 y 1968. En sus últimas temporadas privilegió el rol de apoyo dentro del equipo, una especie de director de pedalesmejor interpretada con la experiencia adquirida y el espíritu de servicio que forma parte de sus rasgos distintivos.

El momento central e icónico de su carrera es la fuga escenificada durante la etapa 17 del Giro de Italia de 1962, salida de Lecco y llegada a Casale Monferrato.. Era el 5 de junio y tras la llegada de la anterior etapa en subida, en Pian dei Resinelli, en Valsassina, justo encima de la ciudad de Manzoni, tras la salida desde Lecco la altura era accidentada, montañosa en la parte inicial y central mientras que la meta estaba en la llanura llana entre chopos y arrozales de las zonas de Novara y Vercelli antes de llegar a Casale Monferrato, en la provincia de Alessandria, como se desprende de la altimetría adjunta firmada por “C.San.”.

Graziano Battistini de La Spezia vestía el maillot rosa en la salida mientras que Balmamion ocupaba la séptima posición. Y aquí franco, también apodado el “chino”, como el histórico maillot negro Luigi Malabrocca y, aún antes, al fuerte de Mantuan Vasco Bergamaschi de San Giacomo delle Segnate, vencedor entre otras cosas de la carrera rosa de 1935, y siempre por ciertas características orientales de los rasgos faciales, le fue conferido por imaginativos cronistas de la época, más o menos expertos en fisonomía y fisonomía, el sobrenombre de “Singapur”. Balmamion de Canavese todavía hoy, con pronta, lúcida y minuciosa precisión, recuerda con lujo de detalles (al menos los que puede expresar por su discreción innata) aquel día memorable para él.

Y recita los nombres de los integrantes de la fuga organizada casi inmediatamente después de la salida, en el Onno, la corta subida que conecta la orilla interna del lago Lecco con el Valbrona y luego el Valassina para tocar Como, Olgiate Comasco, Varese, pasando por Piamonte después de Sesto Kalends. Franco Balmamion, Toni Bailetti y Angelo Conterno, del Carpano del director general Vincenzo Giacotto y del director deportivo Ettore Milano, tres Moltenis, Guido De Rosso, Armando Pellegrini y Giuseppe “Pippo” Fallarini, un corredor válido que pasó por sus áreas , en Vaprio d’Agogna (Novara) y donde tanto Franco Balmamion como su socio Italo Zilioli van a menudo a visitar a su amigo, una pareja siempre unida y en línea recta, a veces un poco abandonada por ceder sólo a la gastronomía con mutuo , pero temporal, arrepentimiento para ambos. Las fotos atestiguan, gracias a Franco Bocca, periodista piamontés, aedo y también cariñoso compañero de los ex pedalistas subalpinos, la reciente visita grupal a Pippo Fallarini. Después de esta digresión, volvamos a la fuga en curso que también propusieron Loris Guernieri (Torpado), el francés Jean Milesi (Liberia-Grammont), Giancarlo Manzoni, de Val d’Intelvi, con la camiseta de Legnano, Nello Fabbri (Club Moschettieri ), Roman DOC, apodado “Brush”. Solo los tres Cárpanos dispararon, como se dice en la jerga, aunque con distinta intensidad, mientras que los Moltenis colaboraron con De Rosso y Fallarini pero Pellegrini, dotado de una buena punta de salida, se reservó para el sprint. Mientras tanto, algún otro componente del intento inicial se había desprendido en el camino.

Y Balmamion recuerda que ese día Nino Defilippis, designado capitán del Carpano, para escapar de un estrecho bloqueo que el grupo le oponía en cada intento de huida, no vistió el maillot tricolor de campeón italiano, corriendo con el maillot blanco y negro. del entrenamiento de Turín, para hacerse menos reconocible. Y hubo cierta actividad en el buque insignia durante la carrera, que continuó con mayor intensidad que por la tarde, bajando del buque insignia, para convencer y orientar al impaciente y algo recalcitrante “Cit”, capitán designado en la salida, para apoyar el juego de equipo, así como de las historias de personas bien informadas y testigos, en varias capacidades, desde diferentes ángulos de visión. Situaciones que nunca son nuevas, vividas y gestionadas de diversas formas, en el ciclismo de cada época.

El orden de llegada se refiere al sprint ganador previsto por el jugador de Bérgamo armando pellegrini que precede a Guernieri y al francés Jean Milesi. En el podio de los premios Balmamion recuerda haber tenido a su lado al gran compatriota Livio Berruti, icono del atletismo, llegado desde la cercana Stroppiana.

El maillot rosa pasa a manos de Franco Balmamion, un joven de 22 años, que lo conservará hasta la llegada definitiva a Milán. Detrás de él Imerio Massignan, a 3’57”, tercero Nino Defilippis a 5’02”, cuarto Vito Taccone a 5’21”, quinto Vittorio Adorni a 7’11” y, siguiendo, por orden, el español Pérez Francès, Ercole Baldini, Graziano Battistini, Guido Carlesi y el belga Armand Desmet. Nombres de importancia y significado específicos.

Y al año siguiente el Canavese se redobla al imponerse en la conflictiva edición de 1963 que comenzó con el reñido y polémico asunto de la camiseta tricolor disputada entre Bruno Mealli y Marino Fontana que desató la batalla deportiva entre la Liga Ciclista y la UVI, denominación del Federciclismo en ese momento, con diversas consecuencias. También fue el Giro de Italia el que aclamó. el nacimiento del magistral “Processo alla Tappa” del gran Sergio Zavoli en Rai-TV.

Y con su extraordinaria y tenaz regularidad Franco Balmamion, en la conclusión, vuelve a subir al escalón más alto del podio, adelantándose a Vittorio Adorni por 2’24” con Giorgio Zancanaro de Alessandria tercero a 3’15”.

Y una y otra vez será una “hoja limpia” con cero victorias de etapa pero una marca DOC de calidad, tenacidad, regularidad y trayectoria. Sobre el difunto Vittorio Adorni cabe señalar que tras su desaparición la atribución de “maillot rosa más antiguo” es para Franco Balmamion.

y sobre el tema renovamos una moción ya expresada de manera diversa y humilde para otorgarle el Trofeo Infinito del Salón de la Fama de la Raza Rosa. Y, para citar al poeta, entre los líderes de RCS, o “donde puedes hacer lo que quieras”, hay compañeros regionales e incluso hinchas de Turín como Franco Balmamion. “Si no es ahora, cuando”? es la pregunta que surge espontáneamente. El Canavese no reclama ni exige nada pero no oculta, con discreción y en voz baja, que seguro que le gustaría.

Eran los “Giri Balmamion”definición acuñada con intenciones reduccionistas porque los dos éxitos consecutivos se lograron sin ninguna victoria de etapa pero la definición nunca molestó al campeón canavese.

Sobre el tema es curioso que el libro más significativo y documentado sobre Balmamion está escrito y firmado por el periodista inglés Herbie Sykesobviamente en el idioma de Shakespeare y ha existido durante algunos años.

A estas alturas Herbie, gran amante del ciclismo, de los personajes y ambientes de la historia de las dos ruedas italianas, sabría traducirlo perfectamente al lenguaje de Dante.

Balmamion, felizmente casado con Rosanna desde 1965, quien falleció el último día del año 2018, y siempre lamenta, tiene dos hijos, Silvia y Mauro y cuatro nietos, ahora autosuficientes.

Y nuestro “protagonista pero no protagonista, al contrario…” disfruta desde hace un tiempo de su jubilación tras la actividad en el sector de las máquinas de juego electrónico iniciada con las “máquinas pinball” respondiendo gustoso “presente” a las diversas convocatorias de recreaciones – numerosas – con contexto de convivencia, pero también no, donde uno siempre “defiende”, obviamente con regularidad y método. Y dice sobre el tema que no puede cuidar la linea ya que ha abandonado la bici de carrera, Opuesto a su amigo-amigo (repetición intencional) Italo Zilioli, sigue pisando los pedales con buen criterio, sin embargo, con el Italo-Hamlet que ha ganado etapas en el Giro pero nunca ha vestido el maillot rosa. E Italo le contrasta con el hecho de haber vestido, en cambio, la amarilla del Tour de Francia.

“Es joven y sigue siendo un atleta”, dice Balmamion con una sonrisa. La diferencia entre los dos compinches y amigos siempre ha sido de solo un año.

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