el gran desconocido Jonas Vingegaard. La larga parada podría resultar decisiva ante Pogacar

el gran desconocido Jonas Vingegaard. La larga parada podría resultar decisiva ante Pogacar
el gran desconocido Jonas Vingegaard. La larga parada podría resultar decisiva ante Pogacar

Florencia está lista para abrazar el Tour de Francia. La 111ª edición de la Grande Boucle partirá desde suelo italiano y nuevamente en 2024 seremos testigos del ahora principesco duelo de carreras por etapas. Por un lado Tadej Pogacar, por el otro Jonás Vingegaard para competir por el maillot amarillo. Pero en comparación con 2023, los papeles se invertirán.

Si hace doce meses el esloveno llegaba a la cita francesa con sólo dos carreras en su haber, los campeonatos nacionales, debido a la lesión de muñeca sufrida en Lieja, esta vez es el danés quien se presenta en la salida en condiciones precarias. ELTodo por culpa de la grave caída del grupo en la Vuelta al País Vasco, en la que fue el más perjudicado con fracturas y neumotórax. En ese momento, sin embargo, se temía que las consecuencias pudieran ser más graves: sólo verlo de nuevo encima de la moto parecía un poco optimista, y mucho menos verlo competir sin consecuencias.

Vingegaard luchó con uñas y dientes para estar en Florencia. Trabajó duro y consiguió volver a subirse a la moto y, más de dos meses y medio después del accidente, se encuentra en la salida del Tour para conseguir su hat-trick personal. Pero no será nada fácil: la falta de kilómetros en las piernas podría hacerse sentir. Tanto en los primeros días, donde falta la costumbre del gesto, como en los últimos días, donde el tanque podría llegar a la reserva con un poco de antelación.

Y luego, tiene que lidiar con un Pogacar que incluso parece haber mejorado. Un Giro de Italia ganado sin esfuerzo aparente y excelentes sensaciones sobre todo en la contrarreloj, esta vez es el esloveno quien llega al Tour en condiciones ideales y con la posibilidad de escribir una página de la historia con el doblete de las dos Grandes Vueltas Los más de dos meses todavía podrían pesarle a Vingegaard, pero si se pega el número 1 en la espalda es porque sabe que realmente puede competir. Y luego, si marcaba el hat-trick sin jugar un metro en los últimos ochenta días, sería él quien escribiría la historia.

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