El penúltimo baile de Bonadio

POCOS ARREPENTIMIENTOS
En el futuro del friulano todavía habrá tenis como entrenador. Ha firmado un acuerdo con el técnico Maggioni de San Benedetto del Tronto y está intrigado por la nueva aventura. Como espectadores, sin embargo, el desempeño expresado en las últimas semanas (con la semifinal en Augsburgo) nos lleva a preguntarnos si habrá lugar para un replanteamiento. “Realmente creo que será el fin de mi actividad profesional. – dice con decisión – Seguiré jugando competiciones por equipos, pero me inclino más por ser entrenador. Seguramente no jugaré ningún torneo internacional el año que viene. Nunca digas nunca, Dios no lo quiera, pero hoy no creo que haya lugar para empezar de nuevo, también porque – más allá de mi edad – empezar de cero me pondría en crisis. En términos más generales, las razones detrás de esta elección son muy fuertes.”. Por eso, más que el partido que regalará un lugar en el cuadro principal contra el joven peruano Ignacio Buse, ha llegado el momento de mirar atrás.

Y Bonadio, ex número 164 de la ATP (hoy es el n.352), parece marcharse sin mayores arrepentimientos. “Siempre puedes dar más, pero también podría haber sido peor. Todo el mundo termina su carrera con remordimientos: yo también tengo algunos, hubo momentos en los que me dejé llevar, otros en los que debería haber aguantado… La elección de ser profesional a los 16-17 años puede haber tenido un impacto negativo, pero en al mismo tiempo puede haberme permitido tener más hambre y luchar contra las dificultades. Estoy bastante satisfecho con mi carrera, me apuntaría a tener una similar.”. La frase con la que empezamos se vuelve aún más cierta cuando Bonadio habla de sus mejores recuerdos. Menciona tres, y en dos casos fue una derrota. Pero el sabor de una emoción es independiente del resultado. Como su primer partido profesional, en 2011, en Cordenons. “Perdió en dos sets igualados contra Pastor, pero sigue siendo un buen recuerdo. Luego pienso en mi primer Slam, en París en 2022. Venía de un par de años en los que había perdido un poco las esperanzas de jugar las eliminatorias para un Slam, y en el momento en que lo hice logré disfrutar el momento. Perdí en tres sets contra Jason Kubler, un jugador de diferente nivel que yo, pero es un momento que llevo conmigo”.

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