Luciano y el cambio de mentalidad de Nápoles a Italia

Luciano y el cambio de mentalidad de Nápoles a Italia
Luciano y el cambio de mentalidad de Nápoles a Italia

Sin miedo: Luciano Spalletti ha elegido el lema que guiará la aventura alemana de su selección. Lo acuñó en vísperas de su mayor compromiso…

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Sin miedo: Luciano Spalletti ha elegido el lema que guiará la aventura alemana de su selección. Lo acuñó en vísperas de su partido más importante después de haber revivido por enésima vez su partido de debut. Contra Albania, Italia demostró que tenía la cabeza adecuada, la conciencia de su propia fuerza, la voluntad de demostrar que el triunfo de hace tres años en Inglaterra no fue un hecho casual, sino la confirmación de su propio valor.

Pero aquí no vive la presunción, España se ve recompensada con el papel de líder futbolístico, hoy superar las resistencias se puede lograr con una estrategia táctica estudiada, sin improvisación. Al estilo Spalletti, en definitiva, y sin miedo porque ningún rival es imbatible. Otra palabra clave: verticalización, es la contraseña para superar cualquier resistencia, el sistema adecuado para sortear cualquier defensa. Hay que tener los jugadores adecuados, pero sobre todo la mentalidad adecuada. Es un estratega que se aplica en la preparación de mecanismos. El jefe no basta, Spalletti nunca está solo en el banquillo, en el campo de entrenamiento el equipo da lo mejor de sí, hay que cuidar cada detalle al detalle. La confirmación del once titular alineado en el debut es prueba de ello. Juegan igual, los atacantes no cambian (confía en Scamacca y Chiesa), el centro del campo permanece inalterado (la dupla Jorginho-Barella). Es mucho más que una declaración de amor. Es la reafirmación de un módulo, que también se puede adoptar frente a un equipo muy fuerte. La capacidad de convicción exhibida en el último encuentro con los periodistas fue altísima, los destinatarios naturales fueron sus jugadores, a los que mima desde hace meses, desde que -el pasado verano- se los confiaron a él tras un insospechado cambio de banquillo: no No tiene mucho tiempo para construir su proyecto. Había sorprendido a todos, suspendiendo en el mejor momento en Nápoles un sueño que había contagiado incluso a aquellos que siempre han considerado el fútbol como una actividad puramente racional y piensan que el campo de fútbol no es un lugar donde ocurren con tanta frecuencia los llamados milagros. Y de hecho, aquel campeonato conquistado por el Napoli no fue un milagro, sino la exaltación del trabajo realizado conjuntamente por equipo y club con el aporte fundamental de la pasión desarrollada por la afición napolitana. Fuerte, muy fuerte, fue el efecto que produjo el factor Spalletti en aquella poción mágica, la misma que pudo reproducirse aquí en Alemania. No hay nada sobrenatural en la esperanza de que esto suceda: la capacidad de producir valor añadido para el equipo que siempre ha sido entrenado es la cualidad que caracteriza a los entrenadores definidos como súper. Spalletti lo posee, al igual que Ancelotti, Mancini y quizás sobre todo Conte. Haberlos elegido es mucho más que una intuición, está muy cerca de una certeza. Ahora dejemos la palabra al campo: es el juez final quien decreta el éxito o certifica la derrota. De un juego, pero también de una idea. Creámoslo, sin miedo.

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