La celebración de los escoceses, la tensión de Alemania.

Munich, Alemania) – Bienvenidos a Glasgow, amigos. Ah no, estamos en Munich pero no importa. Porque no lo parece. Desde la madrugada del jueves, víspera de Navidad, Baviera fue invadida por 100.000 aficionados escoceses (pero podría haber más) seguido por el llamado Tartan Army, la selección nacional de Steve Clarke, nunca tan ambiciosa y querida por sus hazañas futbolísticas. 150 personas alquilaron un vuelo privado desde Inverness, en el norte del país, por la módica suma de 100.000 euros. Los privilegiados llegaron con billete al Allianz, rebautizado por la UEFA Estadio de Múnich Por motivos de patrocinadores, los demás se reunieron en la zona de aficionados instalada en el Olympiapark, donde se encuentra el antiguo estadio de Múnich. Lo importante es estar allí y divertirse juntos, como lo hicieron los escoceses hasta altas horas de la noche en Marienplatz y sus alrededores.

La memoria de Beckenbauer

Sí, pero también hay un partido que para los anfitriones alemanes va acompañado del peso de la responsabilidad. Hacia el país, que organiza el primer gran acontecimiento futbolístico desde el Mundial de 2006, y también hacia Franz Beckenbauer, el Káiser que la UEFA decidió conmemorar durante la ceremonia de inauguración del torneo. El pequeño entrenador Julian Nagelsmann, que regresa al estadio donde el Bayern lo había repudiado, dice estar listo para el desafío: “Tanto los jugadores como yo estamos nerviosos, es normal. Pero es lindo vivir noches como ésta.“. Divertíos todos entonces: comencemos.

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