Si no podemos ver la investigación de la Fanpage sobre Rai, veámosla “sobre” Rai. Como en Turín

Si no podemos ver la investigación de la Fanpage sobre Rai, veámosla “sobre” Rai. Como en Turín
Si no podemos ver la investigación de la Fanpage sobre Rai, veámosla “sobre” Rai. Como en Turín

Si no podemos verlo en Rai, veámoslo “en” Rai.

Con este lema, anoche en Turín Acmos y Articolo 21, junto con una gran red de asociaciones (Benvenuti en Italia, Anpi, Generazione Ponte, Sinistra Ecologista, Run PoliTo, Giovani democrati y UGS), se reunieron frente a la sede de la Rai para la proyección publica el primer y segundo episodio de juventud meloniana, el documental producido por Página de fans e ignorado por el servicio público.

una acción de objeción de conciencia civil romper el cerco que amenaza la libertad de información y por tanto la democracia.
Una forma no violenta de reafirmar tanto la publicidad de Rai como la centralidad del espacio público como lugar y experiencia de democracia.

Un acontecimiento que nos recordó, en espíritu y en la práctica, las “rotondas” que en 2002 animó a la opinión pública italiana contra las presiones de Berlusconi.

Entonces las palabras pronunciadas por el Fiscal de Milán fueron el detonante Saverio Borrelli el 12 de enero, al inicio del año judicial: “Al fracaso de un peligroso desmoronamiento de la voluntad general, al naufragio de la conciencia cívica en la pérdida del sentido del derecho, último y extremo bastión de la cuestión moral, Es deber de la comunidad resistir, resistir, resistir como en una línea indispensable del Piave”.

Hoy, veintidós años después, con los “herederos de la plaza” (del Duce y Berlusconi) en el gobierno, tal vez podríamos atribuir simbólicamente esa misma función a las palabras que Liliana Segre pronunciada en el Senado el 14 de mayo contra la “estrenada”: No puedo ni permaneceré en silencio. Bueno, ¡nosotros tampoco! Luego, en 2002, la arrogancia del poder antiliberal y antidemocrático se manifestó en la llamada “Edicto búlgaro” con lo que Berlusconi exigió y obtuvo la purga de Biagi, Luttazzi y Santoro de la RAI.

Hoy el ataque a la libertad de prensa toma la forma de censura Saviano, en el Bortón, a oscurecerse, toma la forma de los nombramientos de la Rai contra los cuales está pendiente un recurso urgente ante el Consejo de Estado (también promovido por el artículo 21), de la citación a la Comisión de Vigilancia de Sigfrido Ranucci, de aquel (si es posible aún más grave) de Emiliano Fittipaldi en la Comisión Antimafia, llamada a responder por la “moralidad” del trabajo del periodista que revela hechos verdaderos y de interés general del presidente Colosimo, que debería responder por la “moralidad” de su locuaz abrazo con el ex Nar Ciavardini . Toma la forma de quejas imprudentes y acciones civiles por daños y perjuicios que apuntan a intimidar a los periodistas, especialmente aquellos con las espaldas menos cubiertas. Toma la forma de una mayor concentración editorial en una clara confusión y conflicto de intereses en el asunto AGI-Angelucci.

Así que bienvenida sea esta especie de contraprogramación autogestionada de la “horario Rai” con la proyección del excelente trabajo de la Fanpage sobre la Juventud “Meloniana”. Un abrazo recreativo que es tanto más urgente cuanto que algunos no escapan otros signos preocupantes.

La primera: que esta compresión de la libertad de información se produce en paralelo con la compresión de la independencia y eficacia de judicialque junto con periodismo libre csustituye a la segunda gran “unión” en el ejercicio del poder, se produce en paralelo con la compresión de la expresión legítima del disenso (véanse las normas contenidas en el proyecto de ley Nordio sobre “Seguridad”), se produce en paralelo con la compresión del papel de El Parlamento y el Presidente de la República a través del “estreno”, se produce en paralelo a la aceleración de la desintegración de la unidad nacional a través de las normas sobre autonomía.

El segundo: que esta compresión de la libertad de información se produce en un contexto histórico nacional e internacional muy diferente al de principios de los años 2000. Hoy la opinión pública parece cada vez más resignada a las recetas reaccionarias de la derecha, cada vez menos dispuesta a apostar por la libertad y la igualdad. todo, sobre la fuerza del derecho como forma de resolver conflictos. En resumen, parece cada vez más dispuesto a normalizar la guerra como herramienta para hacer valer sus necesidades y la guerra, como sabemos.siempre está preparado con mentiras (incluso el sutil, que en las últimas horas ha llevado a algunos “periodistas” italianos a hablar de la liberación de Assange como un “informático (sic!) culpable de conspiración”).

El tercero: que esta compresión de la libertad de información se produce en un momento en el que una cierta intolerancia hacia la crítica democrática surge incluso de donde no se espera, como en el caso de Barbacetto procesado por daños y perjuicios por el Ayuntamiento de Milán.

Vamos, pues: seguiremos proyectando sobre Rai la Rai que nos gustaría ver o la República que queremos seguir habitando.

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