«Un rugido y luego el polvo, me asusté»

En las primeras horas de la mañana del martes, un gran trozo de cornisa se desprendió de un edificio en Piazza Sant’Ambrogio, a la altura del quiosco de periódicos, estrellándose contra el suelo.

«Por suerte no pasó esta nochey – dice Simone Scavullo, presidente del comité Ciudadanos por Florencia – La plaza estaba llena de gente que frecuenta los clubes del barrio, podría haber sido una tragedia.”

Los bomberos se encontraban en el lugar para garantizar la seguridad. No hay heridos.

Muchos sintieron curiosidad por fotografiar la cornisa desprendida. Daniele Marchionni, administrador del condominio número 1 afectado por el derrumbe, explica que «La última intervención en la fachada se remonta a hace doce años, por lo que fue reciente. Los bomberos me dijeron que no se encontraron infiltraciones.” Marchionni afirma que «las causas del fallo del zarzo todavía están por determinarse. Se están renovando la planta superior, pero no se puede decir que exista ninguna relación con los daños.”

La que fue rozada por los escombros fue Isabella Bondi, la vendedora de periódicos de la plaza: «Sucedió a las 7.20 de esta mañana. Estaba mirando el escaparate detrás del quiosco, clasificando algunas revistas, cuando sentí que una avalancha caía sobre mí. Un rugido y luego muchísimo polvo”. El quiosco sufrió unos fuertes rasguños en el brazo derecho, pero el miedo era grande: «Diez centímetros y yo no estaría aquí para contarlo. Todavía tengo restos en el pelo”.

Varios vecinos y comerciantes de la plaza se apresuraron a ayudar a la vendedora de periódicos y mostrarle su solidaridad. Besos, abrazos, palmaditas en la espalda. Un bar le trajo un café con leche. «Con mucho gusto habría bebido una grappa», bromeó el quiosco con algunos vecinos del barrio, todavía con la bolsa de hielo en el brazo. Para hoy cerrará el quiosco y acudirá a urgencias para que le informen de la lesión: «Veremos cómo nos organizamos con el seguro. Probablemente no me reembolsarán este día perdido”.

Los bomberos están operando en condiciones de terremoto. Un bombero explica que el edificio es “celular, es decir, se entra y se sale sólo con casco”. Las operaciones se realizarán con vehículos especiales como el puente grúa para eliminar las partes aún inseguras de la cornisa. Una vez asegurada la zona, se liberará el acceso al número 1 y a la zona alrededor del quiosco. Los tiempos no deberían ser muy largos.

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