Aebischer, Freuler y Ndoye. El oro suizo es rojo y azul.

Aebischer, Freuler y Ndoye. El oro suizo es rojo y azul.
Aebischer, Freuler y Ndoye. El oro suizo es rojo y azul.

Quién sabe si Murat Yakin, profeta de Suiza que ejecutó sin piedad a los Azzurri, habrá enviado en estas horas un mensaje de agradecimiento a Casteldebole, dirigido a los directivos rossoblù pero sobre todo al señor Thiago Motta, que le ha regalado tres futbolistas pulidos y perfectamente formados. Fútbol fluido que también inspira a la selección suiza.

Es difícil determinar quién tuvo más impacto aquella tarde en Berlín, entre Remo Freuler, Michel Aebischer y Dan Ndoye: sin duda son los tres pilares de Bolonia.

Es fácil predecir que, una vez que la Italia de Spalletti abandone la escena en medio de los abucheos, los boloñeses apoyarán el sábado a Suiza, que se espera pase a cuartos de final junto a Inglaterra. Después de todo, ¿cómo no amar a tres muchachos que parecen haber simplemente transferido a la selección nacional las jugadas codificadas que llevaron al Bolonia a clasificarse para la Liga de Campeones?

Freuler marcó el gol del 1-0 el sábado para coronar una acción en la que sus compañeros encadenaron 31 pases seguidos. En la victoria por 3-1 en el Olímpico, en casa de la Roma, el Bolonia de Thiago lo había hecho incluso mejor, con 35 toques consecutivos antes del gol de Zirkzee. Asonancias. Como la carrera inagotable y tácticamente ilustrada de Aebischer, que desempeña en la selección las mismas funciones que desempeñó este año en los rossoblù: equilibrador, hombre en todas partes, supervisor capaz de ocupar los espacios útiles para recibir las descargas de sus compañeros. y desde donde sacar, con precisión euclidiana, goal-balls al mismo. La asistencia de Vargas para el 2-0 es un tiro de billar de precisión milimétrica: no es la primera, sin embargo, de la Eurocopa de Aebischer, que ya había marcado un gol y una asistencia en el 3-0 contra Hungría. Idéntico botín para el otro Freuler rossoblù: un gol contra Italia y dos valiosas asistencias contra Hungría y Alemania.

¿Y quién le sirvió el balón a Remo Rossoblù en el partido que terminó 1-1 contra el equipo local y que efectivamente llevó a Suiza a la atención de la Eurocopa? No hace falta decir que Ndoye también estuvo en la cima el sábado en la victoria por 2-0 contra Italia, con sus continuos ataques al hombre que hizo caer al equipo italiano en picada.

¿Cuál es el valor del oro rojo y azul de Suiza si pasamos de las evaluaciones técnicas a las económicas?

Hace un verano, Freuler, incluido en la operación con Nottingham Forest que llevó a Nico Domínguez a la Premier inglesa, fue comprado cedido con obligación de compra por una suma de poco más de dos millones de euros.

Bolonia ya ha ejercido esa obligación y nadie podrá jamás decir lo suficiente gracias a Giovanni Sartori, artífice de la operación.

Sartori, y con él di Vaio, estuvieron tras Basilea durante dos largos meses para conseguir el sí de Ndoye.

Al final llegó el sí, a cambio de unos diez millones: nimiedades frente a un valor que ya se ha triplicado. Aebischer, por el contrario, fue una feliz intuición de Bigon.

Pagado cuatro millones, a sus 27 años él también vale al menos el triple que hoy.

Y ahora sueña despierto con la semifinal de la Eurocopa.

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