Una masacre: así lo define el sindicato Uilpa, que denuncia un nuevo caso de suicidio en la prisión de Frosinone, el 48, al que hay que sumar los 4 casos de suicidio de policías penitenciarios en 2024.
El último episodio, en orden cronológico, involucró a un joven de 21 años que inhaló el gas contenido en un bote de camping el jueves por la tarde.
A diferencia de otras circunstancias en las que el objetivo parecía ser “oler” el gas, en este caso todo hace pensar en un suicidio, explica Gennarino De Fazio, secretario general de UILPA Poli
“Nunca se habían visto tantas muertes y, en general, tantos hechos disfuncionales en las cárceles al menos en los últimos 30 años. Si, como tememos, la tendencia no se invierte, todos los récords se batirán a finales de año, superando incluso el número de muertes en 2020, cuando se produjeron disturbios tras la pandemia de coronavirus. En los centros penitenciarios la verdadera pandemia es hoy. La pandemia de la indiferencia”, añade el secretario del PP de la UILPA.
El jueves por la tarde en la prisión de Frosinone, además de lo que parece ser un suicidio, algunos reclusos atacaron a un agente, fracturándole un pie.
En definitiva, escenas de guerrilla, dice De Fazio.
Y ni siquiera las contrataciones del Gobierno, según el secretario, podrán solucionar los problemas, porque de todas formas son inferiores a las necesidades reales.
Para los sindicatos, el único camino posible es reducir inmediatamente la masificación, contratar agentes y garantizar la asistencia sanitaria. No existen otras recetas, salvo prescribir placebos.
