Una vez más España-Italia. Spalletti: «Sabremos lucir el vestido más bonito y además ensuciarnos las manos»

Escuche la versión en audio del artículo.

Gelsenkirchen – «Llevamos ropa de Giorgio Armani, así que ya tenemos la ropa buena para el examen final; pero también tendremos que ser buenos en saber ensuciar ese vestido, en ensuciarnos las manos.” Las palabras de Luciano Spalletti resuenan en las entrañas del Schalke Arena. El técnico juega, con palabras y figuras retóricas, como si este habitual encuentro con la prensa fuera precisamente su momento de evasión de un pensamiento que se vuelve constante, omnipresente como esa presión que España ha asumido como su nueva marca de fábrica, junto a la verticalidad. , talento y regate, estos dos últimos ya de sobra conocidos. Así, la imagen de un equipo elegante y obrero al mismo tiempo da una buena idea de la tarea a realizar ante Morata, Jamal, Rodrigo y compañía. Con la mente un poco más serena, cabe destacarlo, después del 2-2 en el que Albania se impuso a Croacia, nuestro último rival el lunes en Leipzig. Un empate que nos acerca a los octavos de final, pero que aún hay que ganar sobre el terreno de juego y por méritos propios, no por deméritos ajenos.

Equipo que gana…. – ….también se podría cambiar. Pero no se dice. Porque Spalletti quiere desarrollar la confianza y la autoestima a través del juego. Y luego el once ganador contra Albania también podría permanecer sin cambios, o como máximo tener uno o dos ajustes, con los jugadores de la Roma Mancini y Cristante compitiendo por una camiseta con Calafiori y Frattesi. Los Giallorossi contra las Furie Rosse, por tanto, esperando que los primeros sepan asumir el papel de toreros, y no de toros.

Intensidad furiosa – Los íberos nos llevan ventaja, ahora mismo y durante unos años. Davide Frattesi lo subrayó hace unos días, el técnico lo reitera, ampliando el concepto, porque el problema no es (sólo) el talento, sino la intensidad y la continuidad: el de los ibéricos, propio de un equipo ya maduro, el nuestro en progreso – vamos digamos, de consolidación. ¿Un chiste que resume el concepto? «¡Morata no es holgazán!», dice el técnico, sonriendo pero incitando una vez más a “su” Scamacca, que haría mucho bien inspirándose en el ex jugador de la Juventus, el capitán ibérico por su capacidad de trabajar en los espacios y por el equipo.

Hacia Leipzig – Como examen final, por tanto, no está mal, teniendo en cuenta también los recientes precedentes, con la Eurocopa 2008 como punto de inflexión: la España de la generación dorada eliminando en cuartos de final a la campeona del mundo Italia, que vive el desafortunado interregno de Roberto Donadoni, antes la decepcionante segunda aventura en el banquillo del ganador berlinés, Marcello Lippi. A partir de ahí nos quedan las migajas (la victoria en octavos de final de la Eurocopa 2016), sus títulos y cosas por el estilo (ver también las semifinales de las dos últimas Ligas de las Naciones). Es hora de vengarse, por tanto, dirán. Con un ojo, sin embargo, quizás ya esté puesto en el partido contra Croacia del lunes en Leipzig, que sobre el papel es la verdadera encrucijada de nuestra Eurocopa. Spalletti y sus Azzurri tienen la oportunidad de intentar escribir otra historia. Su.

PREV Más de mil coches para batir el récord mundial.
NEXT La ocupación asalta Jenin y la resistencia responde